El Peor De Los Males. X

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Capítulo 10: Revelaciones.

"No tengas curiosidad por saber lo que está oculto, dijeron algunos, y no estuvieron listos cuando lo oculto los confrontó a ellos".

Ubicación: Chicago, Illinois, EE. UU.
Fecha: 18/11/2020 – Horas del día.
Abigail Wolf.

"Me contrataron para protegerte, y en ningún momento, ni un solo segundo, lamento el haber aceptado tal misión. Moriría miles de veces por ti. Te amo, quiero que sigas adelante, que luches, que sobrevivas y encuentres la verdad por ti misma. Adiós mi dulce ángel. Sé fuerte y sonríe para mí".

Lo primero que hago al despertar es repetirme las mismas palabras de todos los días, a la misma hora. Las que me hacen sentir el mismo infierno.

"Vamos Wolf, tienes que levantarte. Levántate y sonríe, tienes que seguir con el calvario que llamas vida".

Como siempre, voy al baño a asearme y luego bajo a desayunar. Nana y Carmelo me esperan para desayunar, cuando estamos todos juntos comenzamos a comer.

Al terminar, ayudo a mi nana a lavar los platos y luego subo al ático, mi habitación, para alistarme para ir a trabajar. Hoy tengo que revisar unos documentos que el doctor Smith dejó en mi escritorio. ¿Qué tendrán? ¿Serán avances sobre el estudio de CAOS que el doctor quiere que revise? ¿O será información confidencial sobre el asesinato del papa? Me muero de ganas por saberlo.

—Déjate de tonterías, sólo serán más informes de tesis que quiere que archives —me regaña una vocecilla en mi mente.

—Jopetas, Shyness. ¿Tienes que ser tan malo conmigo? —le respondo mentalmente.

—¿Quieres compasión y gentileza? No seas tonta, Abigail. Si quieres duérmete, te despiertas en la noche para que Darkness te trate como la niña mimada que eres.

—¡No hables así de ella, además son la misma persona y te estas insultando a ti mismo entonces! ¡Y no soy una niña mimada! Soy Abigail Wolf, hija de dos personas desaparecidas y heredera de la mansión Wolf, soy una investigadora de la mente humana en la corporación Wasol y asistente del renombrado doctor Lyonel Smith.

—No somos personas, niñata, somos tus guardianes. Somos el resultado de tu Marca divina, las dos caras de la misma moneda. No están desaparecidos, están muertos, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Sácate esas estúpidas ideas de conspiración y secretos que Darkness te metió en la cabeza. Y sólo eres su secretaria, una malcriada secretaria.

—Suficiente Shyness. Tengo la Marca de la diosa Leto, así que ustedes son mis guardianes, no mis jefes, fui yo quien les permitió vivir.

—Cuando madurez te tratare como a mi creadora, de lo contrario no esperes a que lo haga.

—Eres desesperante.

—Soy la manifestación de la luz, en tu mente. ¿Qué esperabas?

—Un poco de... ya sabes... cariño.

—Abigail, sólo ve a trabajar, ya es tarde.

¡Tarde! No puedo llegar tarde al trabajo. Tengo record de puntualidad durante toda mi carrera, no lo arruinaré por un día. Me visto con velocidad. Hoy usaré la muda de laboratorio número tres. Me pongo los vaqueros negros ajustados, las sandalias y el chaleco sin mangas de color turquesa.

—Esta manía tuya de llegar una hora antes está comenzando a hartarme —me reprocha Shyness.

—Es una costumbre llegar con antelación a donde voy, mi madre me la enseñó.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora