Capítulo 8: Revelaciones.
"Los secretos son como un libro, si puedes escribirlo merece permanecer guardado, pero si no puedes, es un secreto que es mejor que no se revele, ni que se sepa".
Ubicación: Mansión Dovyan
Fecha: 26/12/2020 – Horas del día.
Cyrus Shaddian.Nunca podré borrar de mi mente la cara de horror de Haxamis en ese momento.
Durante la batalla entre la corporación Wasol y La Legión Infernal dos personas hicieron acto de presencia. Uno de ellos era el cazador de demonios que mandamos a encerrar en Austria, la otra sólo era una mujer pelirroja. O al menos eso creí.
Ella llegó, y el maestro pidió enfocar más la cámara. Su reacción al verla fue algo que nunca en mi vida había visto. Haxamis Dovyan, el que ha visto presidentes levantarse y caer muertos por sus propias ordenes, la persona más fuerte que he llegado a conocer, estaba en shock.
E inmediatamente después de eso, me mandó a cortarle las manos al cazador de demonios, y a matar al primero de los demonios que viera. Como siempre, cumplí su voluntad sin preguntar, pero él fue quien estipuló que ese enfrentamiento tenía que detenerse, y que si fuese necesario, me volviera el centro de atención para que ambos bandos me atacasen.
En cualquier parte del mundo eso es una misión suicida, pero yo no puse quejas de ningún tipo.
Me teletransporté, gastando gran parte de mi energía e hice lo mío. Le corté la mano al cazador, pero cuando iba por la otra, la pelirroja que estaba a su lado me atacó con un haz de luz que me arrastró lejos. Estuve a punto de matarla, pero fue allí cuando escuché la voz del maestro.
"No le hagas daño, sigue con tu misión", fue lo que me dijo.
Y así hice. Le corté una pierna a Mammón, y él me quemó los brazos con su maldito fuego infernal. Cuando iba a matarlo, Lucifer se interpuso y desvió mi aliento de fuego. Las llamas estaban por consumir a Charlotte Bayne, el cazador de demonios y la pelirroja, pero en ese momento un portal se abrió y Jackson Blake salió de él, recibiendo mi ataque.
Luego estaba peleando con otro de los Herederos del Caos, Taylor West, y Haxamis me ordenó volver a la mansión.
Sin importar que al hacerlo, me estaba deshonrando y dejando en vergüenza ante mis enemigos, así hice, tal como él me mandó. Al usar mi teletransportación otra vez, volví a sacrificar parte de mi energía.
Lo que pasó después fue algo extraño, nadie se atrevió a opinar al respecto, y mucho menos cuando nos envió a los cuatro discípulos a pelear contra los infernales cuando se transformaron.
—Dovyan, todavía esperamos la explicación sobre lo que hiciste ese día —aborda Mehrak.
Lo cierto es que ninguno está indignado o molesto por haber tenido que pelear, más bien, estamos contentos con eso. La pelea no terminó, porque él mismo nos obligó a volver, pero en lo poco que duró, Nosotros íbamos ganando.
—Sólo hice lo que fue necesario —responde, con evasión.
—¿Necesario para qué? Estábamos aliados con esos demonios, y nos mandaste a pelear con ellos rompiendo nuestra alianza, no tengo problemas pues la peste que tenían en sus habitaciones aún no se ha ido, pero sigo sin entender porqué lo hiciste cuando ellos iban a matar a los Herederos del Caos —debate el asesino.
—Esos demonios habían roto la alianza mucho antes, hablando a nuestras espaldas.
—Eso no explica nuestra participación en el asunto. Y si hubiera sido eso, tenías que habernos dejado matarlos en vez de hacernos volver.
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La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos
Science FictionLa doctrina de los dioses inicia en un mundo que sufre y está en decadencia. Puedes verlo cuando los frutos de los árboles pierden su sabor, cuando la sonrisa de los niños es reemplazada por el miedo de sus padres y las ganas de vivir se extinguen...