El Mar De Los Soles Muertos. XIII

11 4 2
                                    

Capítulo 13: Emociones fuertes.

"Un sentir sincero no desgarra la piel, sino el alma, y fue cuando eso pasó, que ella supo que tenía que recoger sus pedazos antes de que llegara alguien a pisarlos, pero no fue necesario, pues la persona que tenía al lado, quien fue culpable de desgarrarla, ni siquiera dejó que cayeran al suelo, teniéndolos en sus brazos como el padre que cuida a su bebé, o como el joyero que sostiene un diamante".

Ubicación: Chicago, Illinois, EE. UU.
Fecha: 27/12/2020 – Horas nocturnas.
Jackson Blake.

Ruby y yo volvemos a mi apartamento después del ajetreado día. Primero el encuentro con la exesposa de Di Rosseti, luego lo de Haxamis, después lo de Meseret y por último las confesiones con José Alejo. Son muchas cosas para un día, y bueno, en los últimos días, todo ha corrido así. Una avalancha de acontecimientos importantes, desastres, atentados y cargas que nos aplastan como a pequeños exploradores. Lo reconozco, últimamente todo ha sido como un estallido de emociones fuertes.

Comemos algo que preparamos juntos, y tras hablar un poco, vamos a mi habitación. Cuando estamos en la cama viendo televisión, la atmósfera se vuelve algo tensa sumiéndose en un peculiar silencio, de esos que llegan cuando hay una conversación pendiente.

—Ruby, lo de hoy...

Comienzo a decir, antes de ser interrumpido por ella.

—Sólo respóndeme una cosa. ¿Cuántas veces la hiciste venirse? —me pregunta sin rodeos. Eso es lo que me gusta, que entre ella y yo no hay ese tipo de barreras o limitaciones.

—Tres —le contesto.

—¿Y cuántas veces lo hiciste tú?

—Una.

—Seme sincero Jackson. ¿Te gustó hacerlo con Shae?

Sus verdosos ojos me miran fijamente.

—Sí me gustó —respondo con franqueza.

Ella no dice nada por momentos, en los que parece meditar lo que acabo de decirle.

Ruby se encarama arriba de mí, algo que me causa cierta sorpresa.

—Me parece muy injusto que ella haya alcanzado el orgasmo tres veces y tú sólo una. Así que o me estás mintiendo al decir que te gustó, o simplemente ella no es tan buena.

—No deberías darle tanta importancia —le digo.

—¿No debería? Entonces dime, ¿te fue mejor con Abigail y Savannah?

—No he tenido sexo con Savannah —niego, pues es la verdad.

—Entonces eso significa que con Abigail sí, pues no lo negaste.

—Nunca quise negarlo —le comento.

—Y ella tampoco quiso esconderlo, al parecer —me dice, apartando mi camisa y mirando un poco de labial que hay en mi cuello.

Y eso es de hoy mismo, antes de abordar el avión.

—Jackson, tú me vuelves loca, y realmente no tengo problemas con que estés con otras —No le respondo, pues me parece algo sospechoso —. Siempre y cuando dejes en claro que yo soy quien más te satisface.

—Eso no puedo asegurarlo.

—¿No puedes? Pues yo sí estoy segura de que puedo hacerlo, y dejarte de tal forma en que nunca más dejes de pensar en mí cuando lo hagas con otra mujer —asevera, quitándose la camisa.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora