Muchos creen que las historias contadas sobre la guerra infernal no son más que fábulas, aunque no encuentran forma de explicar el cambio de color de la bóveda celeste; otros prefirieron votar para que esas historias fueran guardadas en secreto y prohibir toda mención del tema, como se ha hecho con los grandes acontecimientos que ha presenciado este mundo; pero los que lo vivieron en carne propia saben la verdad. Saben que los nacidos del infierno vinieron a este mundo para atormentarnos, pero que la humanidad aun siendo débil e indefensa, se levantó a luchar y logró salir victoriosa, aunque con muchas bajas de por medio. Y esos mismos que lo vivieron en carne propia, que perdieron a sus familias, que abandonaron sus vidas, todos ellos saben que no lo lograron solos, y que nada hubiera sido posible de no ser por el grupo de héroes que luchó valientemente contra los invasores. Sin estimar sus propias vidas, entregándolas al servicio común cuando fue necesario, con el propósito de salvar las vidas de millones. Ellos sí son héroes de verdad.
Semanas después de la batalla final contra Lucifer, los gobiernos del mundo decidieron unirse para reparar los daños y tomar las medidas adecuadas. Todos agradecieron a Wasol Corp su incondicional servicio y homenajearon a cada uno de sus integrantes por su gran esfuerzo. Medallas de honor, condecoraciones y agradecimientos. Pero en el fondo todos sabían que sus vidas se las debían a ese mismo grupo de héroes, a ese grupo de atalayas salvadores con sonrisa ominosa
Sin embargo, el tiempo para los agradecimientos fue corto, pues rápidamente los censos demográficos permitieron conocer la cantidad de personas que perdieron sus vidas. Los números fueron catastróficos e inimaginables, nadie esperaba cifras tan altas en el poco pero difícil tiempo que los infernales caminaron entre nosotros.
Más allá de eso, las pérdidas materiales fueron descomunales. La ciudad de Chicago en gran manera, Londres, Venecia, Turín, Roma y Jerusalén fueron las más afectadas pues en ellas se llevaron a cabo gran parte de los acontecimientos significativos para la guerra. La base de la corporación Wasol también sufrió daños que para alegría de muchos fueron reparables, aunque la ciudad del Vaticano no tuvo la misma suerte. Toda la basílica San Pedro fue destruida por el mismísimo Lucifer y nada de sus cimientos pudo explorarse por la barrera que al día de hoy sigue cubriendo los restos del santo monumento.
Familias se ahogaron en el llanto, comunidades enteras al ver sus hogares destrozados y países quemados por la oscura llama demoníaca que tantos problemas trajo a este mundo. La fe católica cayó a pique con el asesinato del Papa y la destrucción del Vaticano, todos sus creyentes cayeron en una crisis espiritual tremenda al enterarse de que no hubo un cura, cardenal, obispo, padre o peregrino que logró sobrevivir en ningún lugar del mundo. Los demonios hicieron bien su trabajo, pues hasta en los rincones más alejados y olvidados del planeta donde se predicaba la religión del catolicismo, allí fueron a matar a sus líderes espirituales. Monasterios destruidos por completo, conventos quemados e iglesias profanadas y adulteradas por los nacidos del infierno.
Samuel Wilde fue el precursor de una idea religiosa con el fin de ayudar a esos creyentes desamparados. La religión con más practicantes en todo el mundo había caído como un árbol en medio de una tormenta, y eso llenó de temor a todas las otras, de tal manera que lograron unirse bajo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Él se desligo de Wasol para enfocarse en esa laboriosa misión, pero a la corporación humanitaria no le faltaron razones para ayudarlo, pues sin lugar a dudas los tiempos de guerra habían terminados y los de paz estaban muy lejos, por lo que la hora de sanar heridas y ayudar a los necesitados se volvió la prioridad. Poco a poco, las cosas fueron mejorando y con eso, la bóveda celestial retomó su color azul y logró cerrar sus herida abiertas cuando el ejército infernal azotó este mundo, o mejor dicho, sólo una parte de las inmensas y legendarias hordas de demonios.
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La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos
Science FictionLa doctrina de los dioses inicia en un mundo que sufre y está en decadencia. Puedes verlo cuando los frutos de los árboles pierden su sabor, cuando la sonrisa de los niños es reemplazada por el miedo de sus padres y las ganas de vivir se extinguen...