La Herida Del Cielo. XXI

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Capítulo 21: La invasión.

"Nadie entra a una casa y la hace suya sin someter primero a sus moradores".

Ubicación: Base de operaciones de Wasol Corp, Rantoul, Illinois, EE. UU
Fecha: 30/12/2020 – Horas del día.
Benjamín King.

Veo el desenvolvimiento de la batalla protagonizada por Lilith, quien de alguna forma se las ha arreglado para mantenernos ocupados a Álvaro, Bryan, Meseret, Athena, Ruby y a mí.

Metaia, atadatum.

Invoco unas cadenas que se enrollan en una de las piernas del elefante sobre el que está montada Lilith. La fuerza del animal logra arrastrarme hasta que me topo con Bryan Castro. Él rápidamente actúa quitándome la cadena de las manos y halándola. Ahí la cosa cambia, pues el elefante siente la fuerza que se le opone y trata de seguir avanzando, lo que el dominicano no le permite.

Lilith se percata de nuestras acciones, y le dispara un ave envuelta en fuego infernal al dominicano. Yo disparo una bola mágica para contrarrestar su ataque.

Ordena a dos engendros más atacarnos. Otro elefante monstruoso y uno parecido a una pantera.

El primero en llegar es la pantera infernal, quien se lanza sobre mí tratando se morderme. Siento el temblor terrestre que producen las pisadas del inmenso engendro que se aproxima y sé que no tengo tiempo que perder. Le suelto las patas a la pantera y la tomo del cuello.

Ventia, asfixum.

La dejo a un lado luego de que saco el aire de sus pulmones. Me levanto y mientras limpio mi túnica, el otro engendro se acerca. Esquivo una pisada que posiblemente me hubiera aplastado por completo. Bryan suelta la cadena con que sostiene a la montura de Lilith con la intención de ayudarme. Le da golpes al elefante en una pata hasta que se la rompe y la bestia cae, y es allí cuando veo salir de su trompa una extraña sustancia que cae sobre el cuerpo sin vida de la pantera, derritiéndola.

Reconozco que es ácido al momento, y aplicando una acción evasiva mientras que levanto una barrera mágica, logramos ponernos a salvo. Meseret llega poco después disparándole fuego desde sus manos, suprimiendo el ácido y logrando quemarle la trompa al monstruo. El etíope no se detiene, pues continúa por un rato, y cuando se quita es porque el elefante ya tiene toda la trompa carbonizada.

—¿Exageré? —me pregunta.

—Para nada —respondo —. ¿Dónde están los demás?

—Taylor, Charlotte y Vladimir fueron llevados a otro lugar por Amón y Asmodeo

—¿Y los heridos? —pregunto.

—John y José los están protegiendo. Hansel, Neithan, Savannah y James siguen encerrados en la sala médica y muchos otros soldados.

—Quiero un reporte de lo que está sucediendo, ahora mismo.

—Hasta ahora sólo sabemos eso. Llegaron aquí en la madrugada y destruyeron varios aviones. Asmodeo y Amón se llevaron a los otros, mientras que Lilith y Belcebú se quedaron aquí —me informa Álvaro.

Ninguno de nosotros ha podido combatir contra el demonio del gula dos minutos sin que alguien tenga que salvarlo. Ese sujeto es aterrador al pelear, sigo sin entender porqué a Jayden le gusta pelear tanto con él.

—¿Quién lo retiene ahora mismo? —pregunto refiriéndome a Belcebú.

—¡Señores, para su información Belcebú está dejando a unas cuantas mujeres viudas en este momento, y si no nos movemos en pocos minutos Jackson también quedara viudo! —exclama Meseret.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora