Un día alguien se ha de levantar y contar una historia,
su voz resonará cual trompeta,
sus palabras retumbarán como tambor,un relato que descansa posado entre páginas bellas, valiosas por su esencia,
que fueron bordadas y grabadas con sangre de la historia,gota a gota descendiente
del llanto carmesí
propicio de insondables estruendos.
Alaridos y clamores protagonizan los gritos de guerra y victoria,
pareciera pena o angustia, desesperación o vacío, pero sólo es el vasto esmero con que narra la elocuencia un espectáculo artístico.Historias de dolor, tragedia y gloria
halladas en esas páginas sangrientas cuentan a desgana mitos oscuros y valerosa ciencia.
Una historia aguarda a un reino en lo alto,
un espacio donde bandadas de aves no avalanchan,
uno donde la lluvia no inunda los campos del sembrador,
en ese lugar, una fortaleza se alza,
una ciudad blanca e inmaculada en su esplendor,
teñidas sus paredes de pureza y gloria,
en su corazón, en lo profundo de su plenitud habitan los santos,
a quienes se les ha otorgado el descanso eterno,
en su gran salón, los tronos,
de gemas preciosas y,
deslumbrantes diseños aguardan a un rey,
uno que con mano firme atienda su celestial reinado.Con rumbo opuesto al alto paraíso, un lugar más profundo que cualquier precipicio,
donde el pecado da inicio,
a las fosas de llanto y de miseria,
al sinfín de almas que el cielo no aceptó en su sacramento.
Pesadillas, espectros y demonios rondan su hogar borrando el silencio,
es un lugar donde el sufrimiento se ha hecho más espeso que el olor a incienso,
los poetas lo aclaman y los santos le temen,
el gran abismo que llaman infierno es el hogar de los que la santa ley quiebren.Historias de sacrificio y voluntad presagian dioses con gran poder y dominio,
narran héroes de ideales fuertes que luchan hasta el exterminio,
leyendas de afán y anhelo por la divinidad que llevaron a impetuosos al castigo,
cánticos que se alzaron en tiempos del imperio babilonio,
en tiempos de Grecia, Persia y tierras de la antigua edad.
Durante sus reinados la naturaleza siempre habló,
en voces de oráculos, profetas y chamanes se escuchó,
se oyeron vientos del este con rumores, llamas de fuego en el sur mostraron visiones,
mareas al oeste vaticinaron desastres,
rocas del norte cual augur que mostraron profecías grabadas en altares.
No faltó mandato al estar presentes los altos omnipotentes,
ni silentes que se alzarán en obediencia y segaran a los impíos cual segur.Historias de lamento y armonía
sentenciadas,
dejadas al olvido, donde nadie las aclamaría,
la ciencia moderna y sus estudios nunca esperaría,
el regreso de cantares del pasado,
que sus mismos avances inmolaron,
ignorantes como muchos, sin saberlo, un gran error cometerían,
causando así una nueva ley, un trueque,
y un mandamiento que con desdén se cumpliría,
por cada dios que vive, humanos sufrirían,
por cada dios que se alce como el astro del amanecer, familias enteras de inocentes, muertes atroces y sangrientas padecerían.
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La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos
Ciencia FicciónLa doctrina de los dioses inicia en un mundo que sufre y está en decadencia. Puedes verlo cuando los frutos de los árboles pierden su sabor, cuando la sonrisa de los niños es reemplazada por el miedo de sus padres y las ganas de vivir se extinguen...