La Herida Del Cielo. IX

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Capítulo 9: El rey en su castillo.

"Una sala amplia llena de cosas que no deberían estar, pero que están porque tú lo crees y pueden llegar a desesperarte, enloquecerte y trastornarte".

Ubicación: Venecia, Italia.
Fecha: 28/12/2020 – Horas del día.
Belphegor, la pesadilla.

"Y cuando la luna se alce, mi poder se levantará cual roca que detiene la corriente de un río, y seré más grande que el mismo Lucifer".

Y todo el que esté en mi camino va a sufrir. Le destrozaré su mente, hasta que se convierta en un cuerpo sin pensamiento alguno.

Y comenzaré contigo, insecto. Voy a quemarte las alas hasta hacer que te consumas en tus propias llamas.

—Si fueras un verdadero villano no me comentarías tu plan.

—¿De qué vale que un desquiciado lo sepa? Nadie te creería, y sin importar lo que hagas no saldrás vivo de esta —le hago saber.

—¿Piensas matarme? —me pregunta.

—Voy a hacer explotar tu mente —respondo.

Una risa maniática y perturbadora sale del que se hace llamar Meseret.

—Tú no serias capaz de hacerle un rasguño a algo que no conoces, y que mucho menos entiendes.

¿Me subestimas?

—Averigüémoslo —infiero.

Una llamarada sale de su boca, y yo la bloqueo con otra llamarada de fuego infernal. Cuando ambos ataques ígneos chocan, el mío se pone por encima del suyo y lo consume.

Por más que se esfuerza, no puede hacer nada ante el fuego infernal, lo que me da una gran ventaja sobre él, tanto como para sentarme en el suelo.

Con los ojos de mis manos lo observo tener que esquivar mi ataque luego de no poder aguantar más, y luego de eso viene a donde estoy, haciendo que tenga que levantarme.

Tiene lo puños envueltos en fuego para darme puñetazos, pero yo uso mis poderes para ralentizarlo un poco y esquivarlo sin problemas.

Veo sus movimientos, su técnica, su convicción y voluntad. Este tipo no es para nada normal. No pelea como si quisiera derrotarme, ni para salvar su vida, pelea como si sólo estuviese jugando. De repente vuelve a su velocidad normal, lo cual no tiene por qué suceder si aún mantengo mis poderes sobre él, y al alcanzarme logra darme un golpe en la cara que me tira al suelo. Él se sube arriba de mí y se sienta en mi pecho. Sus ojos arden.

En lo que veo que carga un ataque desde el interior de su boca, llevo mi mano a uno de sus oídos y lo duermo. Y así, el cae a mi lado dormido. Me pongo en posición y le abro la boca, dándole un beso y así logro entrar dentro de su mente.

Un mundo nuevo se abre ante mí. Aunque este tipo sea un trastornado no me importa, soy el señor de la pereza, y rondar entre las mentes de aquellos que duermen es mi placer. Los hago tener pesadillas y aviso con sueños premonitorios. Puedo hacerles creer que sus familiares morirán, o que algo malo les sucederá, sólo para regocijarme al verlos sufrir, los hago caer en coma y nunca más despertar, o simplemente los mato adentro de sus mentes.

Esta es la primera cavidad mental a la que entro que no tiene que formarse progresivamente, lo que me dice aún más que este tipo no es como el resto. En mentes normales, el panorama se forma poco a poco, y conforme avanzo se hace más completo, pero la mente de este llamado Meseret parece un lugar muy concurrido, dado que ya está construido.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora