La Herida Del Cielo. XI

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Capítulo 11: La pelea a muerte.

"Mil caerán a mi izquierda, y diez mil a mi derecha, y cuando mis seres queridos estén a salvo, ahí terminará mi lucha".

Ubicación : Venecia, Italia.

Fecha: 28/12/2020 - Horas del día.

Taylor West.

La influencia de Amón sobre mi mente es muy poderosa, tanto así que me está haciendo pelear con él, hasta el punto de discutir con Adriano y clavarle el puñal que me dio Vladimir, llamándolo.

Siento que mi sed de violencia crece cada vez más al estar cerca de él, pero no puedo permitir que vaya y le pase esa influencia a Leviatán, o todo se iría a la mierda. Y a pesar de que no es bueno que esté peleando con él y Adriano, por el hecho de que la discusión que tuvimos fue obra suya, llenándonos de discordia, ésta es la oportunidad perfecta para acabar con el demonio de una vez, pues a decir verdad, me gusta sentirme de esta forma.

Esta sed de sangre es cautivadora, la vibración en mis músculos que estimula mis poderes, y las ganas de pelear hasta que uno de los dos esté muerto

¿Cómo negarme a algo como eso?

Mi oponente termina de transformarse, dispersando el pilar de luz roja con bordes negros que lo rodea, para mostrarse a sí mismo en la verdadera forma materializada de Amón, el príncipe infernal, señor de la guerra y demonio de la ira.

De piel color índigo con detalles marcados en negro, se nota que es dura en extremo. Su cuerpo es musculoso, siendo las partes más tonificadas sus hombros, pecho y antebrazos. Su expresión denota ira, y más aún en el brillo rojizo que dejan ir sus ojos, el cual se convierte en brasas ardientes que caen al suelo cuando pestañea. Un gran par de alas demoníacas se mueven mientras que pareciera que en la parte de abajo, humo sale de ellas, y no se dispersa como humo ordinario, sino que se expande por el suelo como si fuera niebla. En su cabeza hay un par de grandes y monumentales astas como de venado, de puntas filosas, que se alzan con majestuosidad y después se cierran un poco. Él tensa los músculos y se estira un poco, como acostumbrándose a su nuevo cuerpo, a su nuevo poder, a su nueva fuerza, y al tiempo de que lo hace, su mirada demoníaca se hace mucho mayor, y cada vez más maligna. Los tatuajes de su cuerpo brillan de forma extraña, haciendo que zonas de su piel palpiten. Sus piernas están cubiertas de pelo negro que se enrolla, formando una especie de cubierta. Una cola se mueve atrás de él con una cuchilla incrustada en el medio. Amón tiene las venas del cuerpo totalmente marcadas lo que le enfoca más ese aspecto de ser un poderoso guerrero demoníaco.

Esta misma sensación la tuve al ver a Jayden en su modo de Supremacía, cuando se transformó en Anubis, sólo con la diferencia de que en ese entonces sabía que Jayden no iba a hacerme daño, más bien, me confié al saber que podría protegerme de lo que sea, pero ahora me encuentro solo ante semejante contrincante que no para de emitir una intensa aura, liberando su poder a totalidad.

Éste será un combate digno de recordar por ambos, y el que salga vivo, tendrá que reconocerlo.

Él ya era fuerte a pesar de que siempre estuvo limitado y contenido al no ser un demonio en el cuerpo de un humano muerto, sino un demonio con un humano como portador. Peleamos en varias ocasiones manteniéndonos a la par, lo que hizo crecer en nosotros la rivalidad, pero cada vez su poder seguía creciendo al molestarse. Cuando obtuve el poder de Lucifer, lo superé con creces ya que lo humillé en Londres con facilidad, pero ahora ya no cuento con que esté limitado.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora