Prefacio

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A comienzos del siglo XXI se llevó a cabo una de las mayores revoluciones científicas en la historia de la humanidad. No había nada que precediera la grandeza de ese momento. Ni las grandes máquinas a vapor o los versátiles vehículos a gasolina. Mucho menos la energía renovable ni la enigmática inteligencia artificial.

En el nombrado siglo, las tendencias iban y venían, era cosa de temporadas que fluía como el agua de un río. Los movimientos e iniciativas de carácter social se abrieron paso gracias a las conocidas redes sociales. Ganando fama y prestigio con el hecho de pulsar botones y compartir dichas publicaciones.

Una de ellas cautivó a gran parte de la población. Una que expresaba aires de tenacidad, que inspiraba un futuro mejor e impulsaba a trabajar por ello.

"Si lo crees, puedes lograrlo". Logró difundirse entre usuarios, infundiendo su característica visión y moviéndose con rapidez entre las regiones del mundo. Desde el lugar más inexplorado de Groenlandia hasta el más lejano de la Patagonia. Desde la montaña más alta de Europa a la isla más pequeña del Caribe. El movimiento se hizo viral y en poco tiempo alcanzó renombre en la vasta y extensa red que conocemos como internet.

"Si lo crees, puedes lograrlo" se volvió un emblema, una insignia e incluso una bandera la cual muchas figuras adoptaron demostrando así que apoyaban el movimiento. Personalidades políticas, de farándula, empresarios y más, aportaron generosas donaciones a una organización que se formó con dicho lema. Poco después, el movimiento llegó a su apogeo cuando había alcanzado reconocimiento por todo el globo.

Los dirigentes de las grandes potencias mundiales incitaron la conformación de un cuerpo técnico encargado de buscar una solución a la problemática que padecía el mundo para ese entonces. Guerras, hambre, pobreza, crimen y demás problemas que sufría la población entera.

"La corporación Wasol" se encargó de formar un equipo de profesionales, poco más de una centena científicos especializados en distintas áreas, para cumplir con las constantes demandas del gobierno y las infinitas necesidades de la sociedad.

Luego de terminar arduos debates y acaloradas discusiones no habían logrado concluir nada en específico, cada idea propuesta fue descartada por la incoherencia de su fundamento, hasta que uno de esos científicos, especialista en el área de historia y cultura antigua se levantó entre la multitud de sus compañeros y postuló una idea algo descabellada, la cual no tenía antecedentes.

Formalizó su proyecto en la relación entre lo divino y lo humano, el respeto a las fuerzas superiores, pero al mismo tiempo el tratar de comprenderlas, y que de algún modo, éstas vengan a nosotros para hacer mejor nuestras vidas. La mitología, como ciencia rica en conocimientos de la vida antigua, donde una figura divina hacía crecer los cultivos en cuestión de segundos, donde deidades hacían desaparecer enfermedades e infundían confianza por medio de la fe.

Imaginar el dominio de Neptuno, señor de los océanos para las rutas de negociación internacionales. La casi inmortalidad de Aquiles. La fuerza de Hércules utilizada en la construcción. La sabiduría y elocuencia de Ogmios y muchas otras facultades divinas que beneficiarían en gran manera la calidad de vida de una persona.

Gran parte del resto de científicos no podían recapacitar en tanta incertidumbre, él planeaba un proyecto con historias ficticias que nadie sabe con certeza si sucedieron realmente.

Antes de la votación, el mismo hombre volvió a pedir la palabra, aclarándose la garganta en el proceso y prosiguió con su discurso:

"Camaradas; cada día llamamos la bendición de un Dios sobre nuestros hijos, pidiendo que los guarde; y antes de comer bendecimos los alimentos, para que nunca falte el pan en nuestra mesa, pero, la gran interrogante es: ¿por qué lo hacemos? ¿Por qué ponemos nuestra confianza en un Dios que no vemos? Será que se volvió más una cuestión de rutina que de convicción, o de valores éticos antes que morales. Les imploro que abran sus mentes y así como tenemos convicción de que él actúa, también podemos creer en la capacidad de los dioses de la antigüedad. Zeus, Ra, Odín y todos los otros. Abran sus mentes e imaginen el mundo cuando logremos relacionar a las ciencias modernas y la mitología".

Las caras de insatisfacción fueron cambiando al instante, sin lugar a dudas habían visto la razón en las palabras de aquel hombre, y efectivamente, sin mucha tardanza esas grandes mentes se pusieron a trabajar en la iniciativa de un nuevo proyecto.

Acudieron a todas las fuentes posibles para recaudar información, almacenándola en una base de datos que bautizaron como "El Último testamento". Cada creencia, mito, rumor o leyenda, concerniente a innumerables mitologías, culturas y folclores, fue subida al Último testamento, concibiendo así el perfil de cada figura: divina o sobrenatural, que formaba parte de esos amplios sistemas de creencias.

Terminado el Último testamento, procedieron a buscar una forma de unificarlo a las personas. Luego de un tiempo, pudieron codificar al Último testamento en hormonas artificiales, utilizando micro-tecnología y las llamativas impresiones genéticas.

Las hormonas mantuvieron su función primordial: inhibir y cohibir procesos y reacciones biológicas. La información codificada en ellas tenía una forma tan sencilla como el código binario, y a su vez era tan compleja como cadenas de ADN. Cuando estuvo lista, la hormona "CAOS", como se nombró, fue producida en masa y dispersada.

Se transportó hacia las grandes fábricas de alimentos procesados, para incluirla en su producción; a las plantas de refinamiento de combustible para que se impregnara en el humo, y fuera inhalada por el sistema respiratorio; se evaporó gran cantidad de un suero compuesto por las hormonas, que al condensarse como vapor y llegar a las nubes, se precipitaría tal cual como gotas de lluvia, llevándola así a los campos agrícolas y a las reservas ganaderas, a mares, océanos y demás cuerpos de agua e incluso, que cayera directamente en las personas. Sin mucho esperar, la hormona CAOS se regó a cada lugar habitado o no del planeta tierra.

La población no reaccionó como era de esperarse, la visión de que todos aceptarían el proyecto se hizo trizas al ver que la sociedad se dividió en cuatro facciones según sus ideales. Primero, todos los que apoyaban a las grandes potencias políticas y al proyecto CAOS. En segundo lugar, la iglesia cristiana y muchos de sus creyentes se levantaron como una firme oposición, alegando que CAOS sólo era una artimaña satánica y debía ser eliminado. Luego, un tercer bando conformado por un solo hombre, un famoso empresario que nunca apoyó el proyecto ni siguió los ideales de la iglesia, se mantuvo al margen y se declaró enemigo público de ambos bandos anteriores. Por último se encontraba una parte de la población sin esperanza alguna, quienes se había resignado y olvidado de cualquier intento de salvación posible, pues para ellos, la vida era un miserable infierno.

Habiendo finalizado su encomienda con resultados satisfactorios, el cuerpo de científicos, mientras compartían numerosas tazas de café y té, se reunió a conversar sobre lo fácil que sería comenzar una guerra mundial química o biológica sin necesidad del uso de armas de fuego.

Pero todos ellos desconocían que la realidad no era tan simple. CAOS estaba suelta y para bien o para mal, ese sólo sería el inicio de un gran desastre.

La Doctrina de los dioses: Los Herederos del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora