Capítulo 1: Piel tostada, olor a café.
"Por años el color de nuestra piel nos ha diferenciado, el contenido de nuestros bolsillos nos ha dividido y organizado, los ideales de nuestra mente nos han marcado barreras y limitaciones. Cuando permitimos que todo eso pasara nuestros corazones se alejaron, y nos sumergimos en la mentira de creer que estamos en lo correcto".
Ubicación: Chicago, Illinois, EE. UU.
Fecha: 20/10/2020 - Horas de la mañana.
Jackson Blake.Se siente bien volver a estar vivo. Vamos, tres meses en estado de coma, y uno de recuperación no pudieron conmigo.
La habitación aún tiene un ligero olor a humo, proveniente de las colillas de los cigarrillos de la noche anterior que reposan en el cenicero junto a la cama. Ruby se remueve junto a mí, y puedo ver que aún está dormida.
"Ella me corrompe".
No entiendo ese irracional e ilógico impulso que siento por ir a algún sitio, pero es evidente que tengo que hacerlo. Como si alguien me hubiera dicho qué hacer, me levanto de la cama y comienzo a organizar mi equipaje, preparándome para un viaje.
—¿En serio tienes que irte? —me pregunta Ruby al poco tiempo de despertarse.
—Ya te dije todo al respecto.
—¿Y si te pido que te quedes? —su tono intenta persuadirme.
—No lo conseguirás.
—Tú no tienes idea de lo que puedo hacer.
Como una diosa en su mayor esplendor, sale de entre las sábanas aún desnuda e inicia su caminata hacia el baño. La forma en que camina sólo me grita que la siga, y estúpidamente siento que lo hace en cámara lenta, lo que acrecenta mis deseos.
Ni siquiera se molesta en cerrar la puerta del baño, se mete a la ducha y abre la llave del agua, y desde mi posición puedo ver claramente ese hermoso y esbelto cuerpo decorado por muchos tatuajes que tan bien le quedan, y notar como se moja por el agua que cae. Ella es una experta en esto, por supuesto, de qué otra manera me haría querer ir hacia allá y tomarla ahí mismo en la ducha. Desde lo más profundo de mí sólo quiero ir y hacer que el agua sea testigo de nuestros pecados.
"Jackson, controlate".
Termino con mi equipaje, y a la vez que ella sale del baño yo entro. Salgo, después de hacer mis necesidades y de una larga y pensativa ducha.
—Ese es mi perfume favorito, ¿lo usarás para irte de viaje? —comenta la hermosa rubia, sirviendo huevos, pan y tocino en un plato.
—Yo también puedo jugar el mismo juego —le digo. Realmente debo enseñarle a cocinar.
Termino de comer y ella se encuentra lavando algunos platos a mano, me acerco y me posiciono detrás suyo. Sutilmente me inclino hacia adelante, recostando mi miembro en su trasero. Ella voltea y me mira con una cara de perversión, y yo tranquilamente me retiro del lugar, tomo mi maleta y voy hacia la puerta.
—¿Te vas así no más? —cuestiona por la escena que acaba de ocurrir.
—No me gustan las despedidas. En la habitación están las llaves del Aston Martin, por favor, no lo choques —añado, ignorando su pregunta.
—Te estaré esperando, no puedo decir lo mismo de ti pues sé bien que lo primero que harás al llegar a tu destino será cogerte a alguien.
—Y no te equivocas, pero tranquila, trataré de dejar algo para ti.
ESTÁS LEYENDO
La Doctrina de los dioses: Los Herederos del Caos
Science-FictionLa doctrina de los dioses inicia en un mundo que sufre y está en decadencia. Puedes verlo cuando los frutos de los árboles pierden su sabor, cuando la sonrisa de los niños es reemplazada por el miedo de sus padres y las ganas de vivir se extinguen...