Capítulo 27

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-¡Así te quería ver, jovencita!

-Maldición -reposó su cabeza en el asiento con un suspiro de estrés.

-¿Tu padre? -preguntó Bruno.

-Tú qué crees -respondió aburrida.

Bruno se rió. En ese momento Harrison se acerca a la ventana de la puerta al lado de Alisson.

-¿A esto has venido? ¿Para esto te crié? ¿Para esto estudiaste? -recriminó Harrison.

-¡Si tanto te molesta, entonces no pierdas tu tiempo persiguiéndome por todas partes como si fuera una mocosa de cinco años! ¡Ya déjame en paz, papá!

-¡Bájate ahora mismo de ese auto!

-Oblígame.

Harrison no soportó su irritación y va hacia la puerta para abrirla, pero Bruno reacciona primero y asegura las puertas haciendo que las ventanas comiencen a subirse automáticamente.

-¿Quién te crees que eres, imbécil? ¡Saca a mi hija de ese maldito auto! -alegó Harrison golpeando con un fuerte puñetazo la capó del Candillac.

-Bruno, no quiero meterte en problemas -le dijo Alisson a Bruno preocupada.

-Eso no me importa, Ali -aclaró-. No quiero volver a perderte. Ya te lo dije.

-¿Entonces qué hacemos?

-¡Qué esperas, idiota! ¡Alisson, sal de ahí ahora! -seguía gritando Harrison.

Vannesa y Efren llegaron a la entrada del parqueadero privado y vieron aquel escenario. Emily también llegó y disfrutaba de lo que veía.

-¡Señor Harrison! -lo llamó Vanessa.

Harrison continuaba rodeando el auto y golpeando las ventanas.

-Señor, si usted quisiera mantener la consentida reputación de su familia entonces no estuviera haciendo todo este escándalo -le dijo Vanessa.

Harrison reconoció que tenían razón y dejó de golpear el auto.

-Está bien ¿Te crees muy grande ahora? Vamos a verlo -dijo Harrison dirigiéndose de regreso a la limosina. El agente de seguridad le abrió la puerta, él entró y le cerraron la puerta y salieron de allí en la limosina.

Bruno miró a Alisson.

-¿Qué piensas?

-Que creo que al fin soy libre -le sonrió.

Bruno la miró con confusión mientras reía.

-Técnicamente tu padre acaba de amenazarte.

-¿No decías que no le tenías miedo?

Bruno le sonrió.

-Bien, yo tampoco le tengo miedo -continuó Alisson mientras se acomodaba en el asiento-. Me iré contigo, y eso es lo que importa. Ya me retó, y yo le demostraré que voy a ser exitosa con lo que realmente me gusta hacer.

Alisson vio que Bruno la miraba con una distraída sonrisa.

-¿Me escuchaste? -reía.

-Más o menos -reía también.

-¿Hablas en serio?

-Es que me distraes cuando te pones seria. Te ves hermosa -le sonrió.

Alisson se rió y le dio un pequeño golpe con el codo.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora