-Bienvenida a mi casa.
-¿A tu casa? -preguntó Alisson un poco incómoda observando la casa desde el asiento del Cadillac.
-¿Te molesta? -le preguntó abriendo el maletero del Cadillac para sacar las maletas de Alisson.
-Eh, no. No es eso. Es... Solo que... No sé ¿No es un poco extraño?
-Sí, sí lo es -respondió colocando las maletas en el suelo mientras cerraba el maletero-. Pero no voy a dejarte en un hotel.
-Un hotel sería menos raro.
-Un hotel es peligroso para ti. Si ese tipo pudo sacarte con todas tus cosas de un apartamento, podrá hacerlo de un hotel también. Pero de aquí, lo dudo mucho.
Alisson se bajó del Cadillac y cerró la puerta. Observó una vez más la gran casa que tenía frente a sus ojos.
-Supongo que esta casa es demasiado grande para ti solo.
-Lo era, hasta ahora.
-Sólo pasaré la noche aquí, Bruno. No me quedaré.
Bruno lo sonrió mirándola a los ojos mientras cargaba las maletas para llevarlas dentro de la casa.
Luego de varios pasos por la entrada, Bruno abrió la enorme puerta y ambos entraron.
Alisson observó todo a su alrededor. Aunque estaba acostumbrada estar rodeada de lujos, esta casa le parecía particular. Al parecer, a Bruno le gustaba mucho el estilo clásico.
Bruno la llevó hasta una habitación grandiosa con una hermosa vista a la ciudad de los Ángeles. Las paredes estaban pintadas de rojo casi oscuro. Un enorme candelabro moderno colgaba sobre el techo, el cual iluminaba muy bien la cama cubierta por una enorme cobija brillante color dorado con almohadas blancas. El grandioso ventanal del tamaño de dos paredes juntas iluminaba aún más la habitación con la luz de la ciudad. Él colocó las maletas sobre la cama y miró a Alisson con una hermosa sonrisa.
-Mi casa es tu casa -le dijo sonriéndole.
-¿Y tú duermes aquí? -pregunto Alisson observando la masculinidad de la habitación.
-Dormía -dijo dirigiéndose a la puerta de la habitación-. Ahora tú dormirás aquí.
-¿Y tú dónde dormirás?
-Tranquila. No voy a dormir contigo si es eso lo que quieres saber -reía Bruno.
-¿Ah? No... No es eso. Solo que me incomoda saber que no vas a dormir en tu habitación por dármela a mí -Alisson comenzó a abrir sus maletas para buscar ropa para dormir.
-Quiero que estés en la mejor habitación. Y es esta. No te preocupes, el sofá es igual de grande que esta cama, y bastante cómodo también.
-No quiero que duermas en el sofá -dijo Alisson apenada, sintiéndose culpable.
-Perfecto. Entonces dormiré contigo -le guiñó el ojo bromeando.
-¿Qué? No. Ah ¡Bruno! Basta ya. Dormiré yo en el sofá.
-Dulces sueños -le interrumpió Bruno dejándola en la habitación para que no reprochara más.
Alisson suspiró. No creía lo que estaba pasando.
Comenzó a buscar entre su ropa y escogió la ropa más cómoda: Unos shorts y una blusa, ya que hacía mucho calor. Hizo a un lado las cobijas de la cama y se acostó.
Mientras tanto, Bruno, quien estaba en el sofá, contestó la llamada que le acababa de hacer Phil.
-¿Hola?
-¿Y ahora crees que porque tienes novia podrás desaparecerte así sin más?
-No es mi novia.
-¿Entonces qué pasa contigo? Al parecer, está saliendo en la televisión todo el escándalo de esta noche.
-Solo me preocupé por ella.
-¿Ves? Ya te flechaste. Te perdimos.
Bruno reía.
-¡No me lo estás negando! Eso es un sí.
Bruno suspiró satisfactoriamente.
-¿Qué quieres que haga? Es... asombrosa -dijo suspirando de nuevo y tumbándose en el sofá.
-Entonces, sí es la chica del accesorio que te tuvo tan pensativo durante estos meses ¿Eh?
-Lo es. Me vuelve loco desde que la conocí fuera de mi cordura. Incluso sin recordarla me enloquecía.
Phil reía.
-¿Y dónde está ahora? ¿Se fue con el chico que fue buscarla en los camerinos?
-Está aquí conmigo -respondió con una gran sonrisa que se formó en su boca inevitablemente.
-¿En tu casa? -preguntó sorprendido.
-Es una larga historia, todo sucedió muy rápido.
-Y en una sola noche -reia Phil-. Qué locura de noche. Pasaron demasiadas cosas.
-¡Imagínate cuánto tendré que contenerme con ella aquí! Sabes cómo soy.
-Débil. Eres un desastre.
-Quiero que sea mi chica... ¡Dios, lo anhelo tanto! No quiero arruinarlo, Phil. Pero es difícil, es tan... provocativa -dijo apretando sus labios.
-Esa chica debe ser un tesoro como para que digas eso -le dijo Phil-. Jamás te había escuchado decir esas cosas.
-Si... Es un tesoro...
Bruno se quedó meditando en esas palabras y se llenó de inspiración.
-Debo irme, adiós -colgó Bruno la llamada.
Comenzó a buscar su enorme cuaderno en el cual solía escribir el boceto de sus canciones. Pensaba en Alisson mientras se emocionaba al saber que estaba cerca, en su propia habitación.
Bruno comenzó a escribir en el cuaderno las primeras líneas de una canción. Hacia el ritmo de la canción con las manos sobre sus piernas con pequeños palmadas. Poco a poco quedó dormido en el sofá.
El amanecer había terminado hace unas horas. Alisson abrió sus ojos lentamente y luego de cinco segundos de estar medio dormida, recordó que estaba en la habitación de Bruno. Frotó sus ojos y estiró sus brazos luego de bostezar.
Alisson se bajó de la cama y ordenó las cobijas y mantas en su lugar junto con las almohadas. Salió de la habitación para buscar un baño y al salir pasó por la sala de estar. Vio a Bruno dormido en el sofá, con un cuaderno sobre su pecho. Su rostro irradiaba tranquilidad y alegría mientras dormía. Alisson lo observaba, pero temió de que quizás la viera, así que siguió caminando cuidadosamente hasta encontrar el baño. Abrió la puerta, entró y la cerró delicadamente. Comenzó a peinarse el cabello y entró en la ducha.
Bruno empezó a abrir sus ojos, se dió cuenta de que se había quedado dormido porque llevaba la misma ropa de anoche. Tomó su cuaderno y lo colocó a un lado. Recordó que Alisson estaba en su casa, y sintió un gozo instantáneo. Se dirigió a la puerta de su habitación y vio su cama vacía.
-Ali ¿Dónde estás? -preguntó Bruno en voz alta.
Alisson no lo escuchaba porque estaba en la ducha y el ruido del agua no se lo permitía sin darse cuenta.
Bruno estaba confundido, sabía que ella estaba en su casa porque vio que sus maletas aún estaban ahí.
-¿Ali?
Bruno se acercó a la puerta del baño y escuchó el sonido del agua de la ducha. Sintió alivio y sonrió. Fue directo a la cocina y comenzó a preparar un desayuno.
Alisson abrió un poco la puerta, la suficientemente para asomarse y revisar si Bruno estaba cerca. Vio que Bruno estaba en la cocina, pero confiaba en que no la iba a ver, ya que estaba dando la espalda. Abrió la puerta y salió del baño con una toalla envuelta en su cuerpo bajo sus axilas.
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QUILATES DE MAGIA
FanfictionLa niña Duque conoce al famoso Bruno Mars en su pleno arresto por posesión de drogas. Para Bruno, el oro y la magia tienen 24 quilates... Ahora conocer a Alisson le hará ver a ambos de cuántos quilates es el amor.