Capítulo 59

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Bruno estaba a punto de aspirar con su nariz el polvo que acababa de regar en el papel pero, en ese momento, Eric y Phil abren la puerta.

-¡¿Qué diablos es esto, Bruno?! -lo regañó Eric.

Inmediatamente, Phil le quita el papel junto con la bolsa de aquel polvo.

-No puedo creerlo, Peet ¿Es en serio esto? -le mostraba la bolsa y el papel.

Bruno tomó la botella de alcohol y volvió a tragarse una gran cantidad de ella en un solo sorbo.

-¡Ya párale! -Phil le quitó la botella.

-¿Qué te ha pasado? Algo debió suceder.

-Déjenme en paz... Váyanse, quiero estar solo.

-Pero, Bruno...

-Adiós -dijo quitándole la botella que Phil le había quitado a él y cerrando la puerta delante de ellos.

Pero Eric colocó el pie entre el marco y la puerta para que no lograra cerrarla.

-No vamos a permitir que vuelvas a cometer el mismo error, Peet -dijo Eric.

-¡Reacciona! -Phil le mostró la bolsa-. Mira lo que estabas a punto de meterte ¡Estás loco o qué!

Bruno le arrebató la bolsa, la guardó de nuevo en su bolsillo y se dirigió rápidamente a la puerta de salida.

-Chicos, no dejen que se vaya -les dijo Eric a los demás Hooligans que estaban en la sala.

Jamareo y Phredley lo detuvieron mientras Kameron cerraba la puerta con seguridad.
Bruno estaba quejándose, casi no podía defenderse ya que se había emborrachado rápidamente.

-Llevémoslo a la cama -le sugirió Jamareo a Phredley mientras lo cargaban entre ambos y lo llevaban.

Lo colocaron en la cama. Jamareo le quitó la bolsa del bolsillo y se la dió a Phil. Bruno quedó profundo en la cama después de decir incoherencias.

-Tiene que ver algo con Alisson, lo sé -les dijo Phil a los chicos.

-¿De dónde habrá sacado esa cosa? -preguntó Eric preocupado.

-Maldición, hay que deshacernos de eso ahora mismo. No sabemos si la policía pueda llegarse a dar cuenta de esto.

-Vamos Panda -le dijo Phil a Eric-. Llevemos esto lejos de aquí.

Joseph no lo soportaba más. Era el único que estaba afuera del club. Llamó a Alisson para preguntarle qué era lo que sucedía.

Alisson se quitaba su vestido con rabia. Se quitó sus tacones y retiró el maquillaje que se había regado bajo sus ojos.

-Hija, Alisson ¿Te ocurre algo? -preguntaba su madre tras la puerta de la habitación, la cual había cerrado.

-No quiero hablar con nadie -respondió con su voz quebrada por el llanto.

-Llámame sí necesitas algo ¿Sí?

Alisson no respondió. Se puso a llorar en su cama pensando en todo lo que acababa de ocurrir.

Kenia lograba escuchar su llanto tras la puerta y se sintió mal por ella. Suspiró, sabía que debía darle su espacio. En ese momento, llaman a la puerta y Kenia sale para ver quién es.

-Señorita Duque, su hija olvidó su bolso en el auto antes de bajarse -dijo el guardaespaldas, entregándole el bolso de Alisson.

-Gracias -lo recibió.

Kenia entró con el bolso. Iba de camino a la habitación de Alisson para llevárselo pero antes de eso, su celular comenzó a sonar dentro de él. Kenia abrió el bolso y sacó el celular. Vio el nombre "Josh" en la pantalla. No lo conocía, pero aún así quiso contestar porque sabía que Alisson no estaría de ánimos para hacerlo.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora