Capítulo 54

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Bruno le sonrió.

-Créeme, ya estaba en el paraíso desde que te conocí -la tomó de la cintura y la apretó contra él.

Tomó su blusa y comenzó a deslizarla hacia arriba, ella extendió sus brazos para que ésta saliera de ella, quedando con su sostén a la vista de Bruno. Él lo desabrochó y disfrutó de ver sus senos desnudos delante de él. Los tomó con sus manos y comenzó a acariciar sus pezones. Ella le desabrochaba su cinturón mientras se estremecía por las placenteras cosquillas que se le producían.
Cuando logró desabrochar también su pantalón, notó la erección de Bruno bajo sus bóxer. Él le besaba sus pechos mientras seguía acariciándoselos.

Rápidamente, ella se separó de él y se arrodilló en el suelo para quedar frente a su entrepierna. Bajó sus bóxer y llevó su erección a su boca. Bruno estiraba su cuello hacia atrás con los ojos cerrados mientras respiraba profundo al sentir el gran placer que la boca de Alisson le estaba dando. Ella disfrutaba de sentir con su paladar y su lengua cada centímetro de su miembro, pero aún más cuando él se estremecía de un placer que hacía que él la agarrara del cabello. Ella aumentaba la velocidad de sus movimientos y el jugueteo de su lengua.

Añadió sus manos al masajeo de su boca, lo que incrementaba el placer en él. Su respiración se aceleraba cada vez más, el cosquilleo que sentía bajo su abdomen aumentaba su temperatura.

-¡Hm! -suspiraba, apretándole el cuero cabelludo.

Él cerraba sus ojos con fuerza al disfrutar de la succión que ella hacia. Se mordía los labios intentando soportar su excitación. Unos pequeños jadeos se escapaban de él mientras inevitablemente daba unos pequeños saltos pélvicos impulsados por las sensaciones que sentía.

-Ven... -logró decir en medio de su agitada respiración, tomándole la barbilla a Alisson delicadamente con su mano-. Ven aquí.

Ella le succionó lentamente su miembro por última vez hasta llegar a su punta. Se puso de pie, con bruno sentado en el sofá frente a ella.
Aún tenía la falda puesta.
Mirándolo fijamente a los ojos comenzó a quitarse bajo la falda su ropa interior. Se inclinó para sacarla de sus pies y la puso a un lado. Se montó sobre él con sólo la falda puesta, dándole la espalda.

Bruno rió.

-Pensé que te ibas a quitar la falda -dijo acariciándole los senos desde la espalda y besando su cuello.

-Te irás mañana. Quiero dejarte con las ganas de ver más hasta que regreses de nuevo.

-Tramposa -reía-. No puedes dejarme así...

Le acariciaba los muslos, y besaba su cuello con más intensidad.

-...Vamos, quiero verte completamente desnuda.

Alisson disfrutaba del cosquilleo de sus labios en el cuello y se mordía los labios.

-Quiero recordarte desnuda... -llevaba lentamente sus manos a la entrepierna de Alisson-. Ver tu hermoso trasero... -llevó sus dedos a la humedad de Alisson, haciéndola gemir-. Y ver mejor lo que estoy tocando ahora mismo.

Ella gemía. Se mordía los labios y respiraba agitadamente. Los mágicos dedos de bruno hacían un gran trabajo sobre su feminidad. Pero su terquedad no permitió que accediera a las peticiones de Bruno.

-Ni aunque me acabe por culpa de tus dedos te voy a escuchar.

Él sonrió con una breve risita. Retiró sus manos de la intimidad de Alisson y le alzó un poco su cadera para tomar su miembro y acomodarlo bajo su humedad. Inmediatamente ella bajó de nuevo sus caderas, haciendo que Bruno entrara en ella casi bruscamente. Al sentir aquella sensación, Bruno suspiró fuertemente estirando su cabeza hacia atrás mientras se mordía el labio con fuerza.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora