Capítulo 75

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—Basta, Jessica. No estoy para juegos. Ya te dije que no tengo ningún micrófono —dijo Bruno colocando los ojos en blanco.

—Sé todo sobre ese hombre. Soy el único camino que tienes para detenerlo.

—Lo sé.

—Entonces qué es lo que esperas.

Bruno estaba quieto. Estaba firme en su negación.

—Creo que necesitas un poco de inspiración —le dijo Jessica con una sonrisa perversa.

Ella, sentada en el sofá, comenzó a bajar la cremallera de su vestido hasta que este cayera al suelo, mostrando la lencería color rojo que llevaba puesta. Comenzó a caminar hacia él.

—Todo esto no es necesario, Jessica. Vístete —comenzaba a impacientarse.

—Sigues tú.

Bruno suspiró intentando liberar lo estresado que comenzaba a sentirse. Comenzó a quitarse su camiseta a regañadientes.
Mientras desataba sus zapatos, ella se acercaba poco a poco a él.
Se quitó sus zapatos y ahora faltaba su pantalón. Ella estaba tan cerca de él que empezó rodear su cuello con los brazos.

—Jessica, no me acostaré contigo —la alejaba de él. Pero ella volvía a rodearlo.

—Tú conoces al hombre que le disparó a Alisson —comenzó a hablar mientras acariciaba su rostro.

Bruno volteaba su cara, forcejeando con sus intentos de besarlo.

—¿Quién es?

—Yo continuaré si tú continuas también.

Bruno no sabía qué hacer. Estaba bajo mucha presión ya que pensaba en las muchas cosas que podrían pasar si accedía ante Jessica, y en las muchas cosas que también podrían pasar si no lo hacía. Comenzó a recordar la llamada de Freida cuando todo comenzó.

—¡Bruno, Bruno! ¡Alisson... Le acaban de disparar!

Un gran vacío provocaba sus náuseas. Su celular cayó de sus manos y sus rodillas habían comenzado a temblar.

—Peet ¿qué te pasa? —se preocupó Phil mientras lo sostenía de los hombros.

—Debo ir a Las Vegas ahora mismo —salió del hotel e inmediatamente tomó un taxi para ir al aeropuerto.

Recordar aquella noticia invadió a Bruno de miedo. No permitiría que volviera a pasar. Pero sabía que el costo por mantenerla a salvo también le costaría su matrimonio.
Volteó su rostro para quedar frente a frente con Jessica. Cerró sus ojos, queriendo imaginar que estaba con Alisson. La agarró de la nuca y la atrajo hacia sus labios. Un beso tosco y frío fue más que perfecto para ella, pero más que suficiente para él.

—¿Quién es? —preguntó con rabia.

Ella saboreó sus propios labios con una sonrisa.

—El mismo hombre que siempre buscas para comprar tu cocaína.

—Eso fue hace mucho. No tiene sentido, no me conoce.

—Ese hombre trabaja para Efren. Y Efren sí te conoce. Técnicamente, tú fuiste uno de sus clientes. Te tiene registrado.

Bruno comenzó a armar el rompecabezas en su mente.

—¿Me tiene registrado? ¿A qué diablos te refieres con eso?

Jessica le sonrió. Mirándolo fijamente los ojos, comenzó a colocarse de cuclillas hasta quedar frente a su entrepierna.

—¡Basta ya! —la levantó del suelo bruscamente, agarrándola del brazo.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora