Capítulo 74

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-¡¿Qué?! ¿Esteril? -preguntó llorando Alisson a las enfermeras.

-Se hizo todo lo posible. Fue afortunada. Si el feto hubiera sobrevivido, quedar embarazada hubiera sido mortal para usted, un parto podría causarle la muerte.

Alisson estaba en shock por tantas cosas que sucedían al mismo tiempo: Que le hayan disparado, que haya perdido su embarazo, que Bruno se haya dado cuenta de su embarazo después, y ahora, la noticia de que no podía volver a estar embarazada.

-Déjenlo pasar -pidió Alisson entre lágrimas con su voz ahogada.

-No señorita Duque. Su estado es muy delicado. Debe estar tranquila para que pueda mejorarse más rápido.

-Estaré tranquila cuando hable con él.

-Bien, le retiraré las inyecciones. Vendré más tarde para colocarle las otras.

-Gracias.

Las enfermeras terminaron de revisar a Alisson y salieron de la habitación. Llamaron a Bruno para que entrara. Bruno se levantó del suelo inmediatamente, pero Freida lo detuvo.

-Bruno, déjame entrar a mí -suplicó-. Debo hablar con ella algo muy importante lo más pronto posible.

-¿Más importante que explicar por qué no le dijo a su esposo que estaba embarazada?

-Bruno, créeme. Ella tiene buenas razones.

-¿Entonces tú también lo sabes todo? Bien, explícame qué diablos está pasando aquí.

-Bruno, no puedo. Debo...

-Aquí no irá nadie a donde Alisson hasta que me expliques todo -exigió él.

-Bruno, Alisson quería darte la sorpresa de su embarazo cuando regresaras de tus vacaciones -explicó-. No quería decirte por teléfono que estaba embarazada. Quería hacer algo especial y por eso no te dijo nada.

Bruno estaba procesando sus palabras. A pesar de que debía sentirse un poco mejor con eso, la tristeza y el agobio aún estaban apoderados de él.

-¿Qué hacían ustedes en ese aeropuerto? -lanzó la segunda pregunta que taladraba su cabeza.

Freida estaba nerviosa y asustada. No estaba segura de contarle a Bruno que el propio cráneo de él estaba amenazado. Pero la tristeza de sus ojos era tan profunda, que ella casi podía palparla. Le dolía verlo así. Comenzó a pensar que quizás podía decirle, con la condición de que no dijera nada a la policía. Suspiró para tomar valor.

-Es que...

-¡La verdad! -exigió Bruno.

-Primero... -miró a su alrededor y bajó la voz- promete que no dirás nada a la policía.

-¿Policía? -Bruno suspiró-. Maldición, Freida ¿Qué está pasando?

-Promételo.

-De acuerdo, de acuerdo. Pero habla de una vez.

-Fue un chico que conocí hace varias semanas. Recuerdo que Alisson me había dicho que él y ella eran amigos y desde que está contigo comenzó a odiarlos, intentó llevarte a la cárcel...

-Espera, espera ¿Efren? -preguntó con rabia- ¿Efren fue quien le disparó a Alisson? -preguntó por segunda vez, aún con más rabia.

-No fue él directamente. Pero al parecer le pagó a un hombre para que lo hiciera.

-¿Cómo sabes eso?

-Porque Efren me había ofrecido un viaje con Alisson. Ella se dió cuenta de todo y se le ocurrió la tonta idea hacerle creer que iríamos. Quería atraparlo. Ella estaba segura de que él haría algo como colocar drogas en nuestras maletas, pero no fue así. Jamás pensamos que esto ocurriría -lloró nuevamente-. Todo pasó muy rápido. El hombre se acercó con un arma, ella pidió ayuda y él disparó.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora