Plena noche del 18 de septiembre en Las Vegas. La música hacía vibrar los cristales. La fama y el dinero eran características normales entre los asistentes, así que incluso las celebridades pasaban desapercibidas. Luces, tragos, selfies, alegría y lujuria eran los protagonistas de la fiesta que había en el casino del hotel Hard Rock.
A poca distancia del casino había un lujoso restaurante. Allí se encontraba Alisson, quien recientemente había acabado de ver en su teléfono celular un vídeo en vivo de sus amigos que estaban en la cercana fiesta del casino.
-Me voy mamá. No soporto más estar aquí -le susurró Alisson a su madre, que estaba sentada con su marido en una grande y elegante mesa junto con otros importantes empresarios.
-No vayas a empezar, Alisson -le susurró su madre sin dejar de sonreírle a los demás para disimular la discusión-. Somos la familia de tu padre y hay que causar buena impresión. Así que siéntate y disfruta de la cena.
-¿Disfrutar? ¡Esta gente es tan superficial y aburrida! Sólo hablan de negocios y de la última línea de productos que usan ¿A mí acaso me importa?
-¡Alisson, basta ya! Te sientas ahora mismo -le dijo al oído, apretando fuertemente la mano de Alisson.
Alisson se soltó bruscamente del apretón de su madre con tanta rabia que todos se detuvieron a observarlas a las dos.
-¡Al diablo con la buena impresión! ¿Y ustedes? ¿Qué miran? Tampoco son unos santos.
Alisson se retiró de la mesa y se fue del restaurante caminando con fuerza y seguridad, sin vergüenza de nada. Se dirigió directamente al casino y buscó a sus amigos.
-¡Ali, por aquí! -le gritaba uno de sus amigos desde la pista de baile.
Alisson los vio y comenzó a bailar con ellos. Después de cuatro canciones, todos se sentaron en un gran sofá de cuero rojo y pidieron cada uno su propio trago.
-Creíamos que no ibas a venir -le dijo Efren.
-Pues aquí estoy -tomó un trago de un sorbo.
-¿No estabas en una cena importantísima con tus padres? -preguntó Vanessa.
Alisson se rió.
-Creo que ya no es importantísima -respondió sonriendo y sirviéndose otro trago.
Comenzaban las primeras horas del día domingo 19. En ese momento, Alisson estaba platicando con sus amigos.
-¿Sabes dónde están los baños? -preguntó.
-El más cercano está por allí -le respondió Vanessa.
-He oído que también hay baños privados. De seguro están arriba -le dijo Efren.
-Veré qué hago.
Alisson se levantó del sofá y se dirigió al baño más cercano, pero estaba totalmente lleno. Al ver las escaleras que dirigían al piso de arriba quiso averiguar si en realidad había baños privados y posiblemente usar uno.
Subió las escaleras y al llegar al piso de arriba, vio un pasillo solitario que decía "baños VIP" y al ver la primera puerta vio un baño abierto con muy poca iluminación, pero muy hermoso según lo que lograba ver. Tomó agua del lavamanos para quitar un poco del sabor del alcohol de su boca. Se quitó los tacones que tenía para descansar los pies mientras se soltaba el cabello que tenía recogido con un accesorio. Desenredó su cabello con los dedos y acomodó la falda de su vestido. Se puso sus tacones de nuevo y luego de tomar otro poco de agua comenzó a recoger su cabello otra vez.
-No hagas eso. Así te ves perfecta.
Alisson se asustó y giró hacia atrás. Lograba ver que era un chico con su espalda recostada en el marco de la puerta.
-¿Te conozco?
-No por ahora.
-¿Ah?
-Supongo que no sabes que este es un baño de hombres -le dijo entre pequeñas risas.
-¿Lo es? Ouh, no lo sabía -Alisson improvisaba un recogido rápido en su cabello que terminaría en unos segundos para irse rápidamente. El chico no dejaba de verla y en su rostro se marcaba una pícara sonrisa.
Alisson acabó con su rápido peinado y se acercó a la puerta.
-Mmm... ¿Podrías darme espacio para salir?
Él se acercó a ella y de un suave y delicado jalón le quitó el accesorio que sostenía todo el peinado y su cabello volvió a cubrir toda su espalda y hombros. Él la miraba directamente a los ojos con una suave sonrisa pícara. Alisson se sintió un poco rara e incómoda, pero al mismo tiempo halagada. Sin embargo, quiso mantener la seriedad.
En ese instante, la luz de una linterna se enfoca en el rostro del chico.-¿Él? -preguntó un oficial de policía a un trabajador del casino que andaba con él mientras iluminaba al chico con la linterna.
-Sí, sí. Él, eso creo. Usted sólo haga su trabajo -respondió el trabajador.
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QUILATES DE MAGIA
FanficLa niña Duque conoce al famoso Bruno Mars en su pleno arresto por posesión de drogas. Para Bruno, el oro y la magia tienen 24 quilates... Ahora conocer a Alisson le hará ver a ambos de cuántos quilates es el amor.