Capítulo 72

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-¿Un hijo?

-¿No te gustaría?

-¿Y mi carrera como bailarina? -preguntó como si fuera algo algo obvio de recordar.

-¿Y la mía como cantante? Sabes que esto no tendrá que detener nuestros sueños.

-Soy yo quien se embarazaría, soy yo quien estaría más comprometida.

-Yo igual -le parecía que ella exageraba- ¿Crees que te dejaría sola?

Alisson estaba un poco abrumada, pero en su interior tenía un gran deseo de tener un hijo con él.

-Lo sé, Ali... Si piensas que estamos demasiado jóvenes para esto entonces lo comp....

Alisson comenzó a besarlo y él se dejó llevar. Mientras tanto, ella le quitaba sus boxers con urgencia. Ahora ambos estaban desnudos y Alisson parecía sedienta de él, y Bruno no se quedaba atrás.
Él estaba encima de ella, con una mano sobre la cabecera de la cama y con la otra se sostenía en el colchón. Alisson le abrazó la cintura con sus piernas para empujarlo hacia dentro de ella y la penetrara de una vez.

-Agh... -jadeó Bruno al sentirse dentro de ella.

-Hazme el amor como nunca -le mordía los labios mientras él la embestía-. Soy toda tuya.

Aquellas palabras lo excitaron más y sintió un placentero impulso que lo hacía penetrarla con más fuerza.

-Te amo maldita sea -dijo con su respiración agitada por sus movimientos.

Ella lo miraba mientras sus propios ojos se perdían en el enorme placer que sentía a cada embestida de Bruno.
Él apretaba con fuerza la cabecera de la cama. Ella se mordía sus propios labios mientras gemía con su respiración. Él le besaba el cuello sin parar de penetrarla y ella correspondía apretando su espalda con brusquedad casi arañándolo.
Bruno apretaba la sábana al empuñar su mano con fuerza. Ambos comenzaron a sudar, haciendo que sus pieles reflejaran la poca luz que había en la habitación, la cual aumentaba su temperatura.
Bruno quitó su mano de la cabecera de la cama y la llevó al rostro de Alisson, comenzando a apoyarse con el codo en el colchón. Ahora sus rostros estaban más cerca, lo que permitía que pudieran besarse. A pesar de que los movimientos de ambos eran rápidos e intensos, el beso que se daban era lento y tierno. Sus labios se deslizaban perfectamente en los del otro mientras sus lenguas se buscaban entre sí. Pero esto no evitaba que Alisson gimiera, ya que sentía perfectamente dentro de sí cada penetración de Bruno. Él comenzó a disminuir la velocidad, su placer estaba llegando demasiado lejos y no quería acabarse rápidamente.

-No pares -le pidió Alisson mirándolo a los ojos.

-No estoy parando, solo estoy en modo ahorro -rió con su respiración agitada.

-Bien, entonces no tendrás que hacer nada más -le sonrió y dejó que él se tumbara en la cama como ella lo estaba.

Pero esta vez, ella se montó sobre él para tener el control de los movimientos. Mientras ella se acomodaba, Bruno contemplaba sus senos sin evitar tocarlos. Ella tomó su pene y lo acomodó dentro de sí, gimiendo una vez más.

-Por eso esta es mi posición favorita -bromeó Bruno.

Ella le sonrió y se inclinó para besarlo. Los labios de ambos estaban rojos, irritados por las mordidas y succiones. Él volvió a tocarle sus senos mientras ella se movía de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Poco a poco el bajaba sus manos desde los senos hasta sus caderas, apretándole los glúteos con fuerza mientras ella lo cabalgaba. Alisson observaba el rostro moreno de Bruno, el cual parecía drogado por el placer. Su mirada estaba perdida mientras fruncía sus cejas y apretaba sus labios mientras el sudor lo hacía ver irresistiblemente sexy para ella. Él tampoco podía evitar gimotear, pero lo hacía silenciosamente con su respiración. Él vio que ella lo observaba y le guiñó el ojo, esto le encantó a ella.
Aquel momento duró bastante, y Bruno no pudo soportar un minuto más.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora