Capítulo 78

184 19 1
                                    

Bruno se quedó quieto, casi impactado.

-¿Es una... Especie de venganza, Alisson?

-Sólo sucedió -respondió.

-Alisson, sé que lo hiciste por eso. Dime por favor que esa ha sido la razón.

-¡Tú no tienes derecho para reclamarme nada! Hiciste lo mismo e incluso peor.

-Fui para averiguar todo acerca de Efren. Pensaba en ti, quería que estuvieras a salvo y haría lo que fuera para conseguirlo, pero ella sólo me daría información a cambio de acceder a sus deseos.

-¡Claro! Ahora vas a decirme que esa perra te obligó a recibir un oral ¿No? ¡Ella no te estaba apuntando a la cabeza con un arma! Yo lo ví todo, tú accediste...

-¡No me estoy justificando ni excusando de nada, Alisson! -la agarró de los hombros-. Lo que yo hice no fue porque haya dejado de amarte. Lo sé, caí. Merezco que me odies ahora mismo. Sin embargo, invadías mi cabeza en ese momento y por eso no quise continuar.

Alisson se quedó callada. Bruno le tomó el mentón con sus dedos para que lo mirara.

-Te elegí a ti para estar juntos el resto de mi vida. No la amo a ella. Yo te amo a ti ¿Tú a quién amas?

-Estoy casada contigo -le recordó.

-Ahí está el punto -la tomó de las manos, sus miradas estaban fijas el uno al otro con sus rostros cerca-. Volvamos a comenzar de nuevo... Princesa, por el amor de Dios, perdóname. Yo te perdono a ti.

-Pero yo no te he pedido perdón.

Bruno suspiró.

-Diablos, Alisson. Eres una mujer muy difícil.

-Lo soy cuando debo serlo. No vas a obtener mi perdón con peluches, dulces y flores.

-No quiero comprarte. Quiero convencerte de que nada de esto volverá a suceder. Lo juro por mi madre -sacó el anillo de Alisson de su bolsillo y lo acercó al dedo de ella-, y lo juro por el amor que sólo te tengo a ti... Lo juro por ti.

Le puso el anillo sobre el dedo y antes de introducírselo se detuvo.

-¿Entonces? -preguntó en voz baja.

Alisson observó el anillo, recordando el matrimonio y los días de luna en miel. Respiró profundamente.

-Creí que se había perdido después de haberlo lanzado.

-No iba a permitir eso -le sonrió- ¿Entonces qué dices?

-Yo... No lo sé.

-Sí lo sabes.

-Debo pensarlo.

-¿Por qué sonríes? -reía.

-No te engañes.

-Es lo que veo -introducía el anillo.

-Ehh... -veía el anillo bajando más y más en su dedo.

-¿Eh? -se acercó a sus labios.

Ella sonrió más y comenzó a reírse tímidamente.

-Ven aquí, mi princesa terca -la apretó contra su pecho y la besó.

Para Alisson fue imposible negarse. De verdad lo extrañaba.
Absorbió sus labios como si de haber estado sedienta de él se tratara. La paz regresaba a Bruno en cada segundo. Sus narices se acurrucaban en medio del lento y rítmico beso. Bruno la tomó de la cintura y la alzó. Ella le abrazó las caderas con sus piernas sin detener el beso mientras él la cargaba sobre su cintura sosteniéndola de los glúteos. Aquel beso se transformó en algo más intenso, ni siquiera descansaban para tomar aire. Ella arrastraba sus dedos por todos sus rizos y lo apretaba más contra sus labios. Él le mordía los labios con gran sensualidad y con sus manos le apretaba los glúteos con fuerza. Él hizo apoyar la espalda de Alisson contra la pared y comenzó a besar su cuello suavemente con delicados y tiernos besos. Alisson gemía casi silenciosamente con su respiración. Mientras ella sentía el calor de su aliento en el cuello, sus expresiones faciales demostraban el gran placer que sentía por él. Bruno se alejó de su cuello por un momento para mirarla, y al verle su rostro con aquellas expresiones sonrió.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora