Capítulo 17

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Bruno encendió el Cadillac Luxury para llevar a Alisson al aeropuerto. Conducía lo más lento posible para alargar los últimos momentos con ella. Su rostro demostraba inquietud e intranquilidad.
Al llegar al aeropuerto, Bruno acompañó a Alisson a esperar su vuelo. Ella notó la actitud desanimada de Bruno.

-Deberías estar cumpliendo con tus horas de servicio comunitario en estos momentos -bromeó Alisson, quitándole el pasamontañas rojo que tenía puesto y colocándoselo ella en su cabeza.

-Estoy cumpliendo con un servicio más divertido -le guiñó el ojo.

Alisson reía y comenzó a imitarlo guiñándole el ojo también y sonriendo con miradas pícaras exagerando con sus gestos.

Bruno reía suavemente, no dejaba de verla hermosa con lo que sea. Disfrutaba de su compañía. Pero recordó que volvería a irse sin saber cuándo la vería de nuevo. Un gran temor se apoderó de él con un sentimiento de vacío en el pecho. Alisson le sonrió.

-Vamos. Ya te prometí que volveríamos a vernos -le dijo Alisson jugando con el pasamontañas en su cabeza.

Bruno le sonreía y no dejaba de mirarla mientras estaban sentados juntos. Las maletas de Alisson estaban junto a sus pies. Ambos cruzaron miradas mientras reían tímidamente por las imitaciones de Alisson.
Los altavoces del aeropuerto comenzaron a anunciar que el vuelo llegaría en tres minutos.

-Bien. Creo que... llegó la hora de despedirnos -le dijo Alisson quitándose el pasamontañas para devolvérselo.

Bruno recibió el pasamontañas pero inmediatamente se lo volvió a colocar a Alisson delicadamente hasta que ambas de sus manos llegaran a las orejas de ella. Él dejo sus manos ahí mismo, terminando de colocar el pasamontañas. Cuando acabó, deslizó lentamente sus manos por el mentón de Alisson, mirándola directamente a los ojos. Alisson lo miraba también. Su corazón se aceleró y su respiración se agitaba dentro de sí.
Bruno contemplaba el rostro de ella desde cerca. Su corazón comenzó a agitarse también, pero él sí sabía muy bien por qué. Empezó a deslizar su pulgar en los labios de Alisson de una manera tan delicada y detallada, que ella misma no sentía ganas de reprochar nada ni quería alejarse. Bruno no soportaba más detener sus ansias. Se acercó lentamente a sus labios. Ambos cerraron los ojos. Sus corazones estaban a punto de salirse de sus pechos junto con un cosquilleo en el estómago. Ahora sus labios estaban a milímetros de distancia y en una explosión de sensaciones, Alisson sintió los suaves labios de Bruno encajando con los suyos lentamente una y otra vez durante unos ocho vívidos segundos.
Ambos se quedaron cerca, nariz a nariz con sus ojos cerrados aún, sin decir ni una sola palabra. Cada uno sentía sobre sus labios la respiración del otro, aumentando sus deseos de repetir lo que había sucedido. Pero de repente los altavoces volvieron a sonar, indicando la llegada definitiva del vuelvo hacía las Vegas.
Los dos abrieron despacio sus ojos y vieron sus rostros el uno a otro tímidamente.
Bruno acercó sus labios a los oídos de Alisson.

-Sabes que tienes una promesa pendiente por cumplir -le dijo sonriendo.

Alisson aún no terminaba de asimilar lo que había ocurrido. Pero le sonrió tímidamente.
Se pusieron de pie y ella cogió sus maletas y comenzó a caminar por el pasillo que llevaba a la puerta de los asientos del avión. Entregó su boleto y antes de cruzar la puerta miró hacia atrás para ver a Bruno.
Él le guiñó un ojo y le sonrió. Ella le sonrió también y cruzó la puerta, comenzando con su regreso a Las Vegas.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora