Capítulo 30

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Comenzaba la tarde. Alisson y Bruno habían acabado su momento en la piscina. Él estaba en la sala de estar con una guitarra y un cuaderno, en el cual escribía las palabras que recordó decirle a Alisson mientras se besaban fuera de los camerinos. Estaba sin camisa con sus pantalones cortos y sus sandalias marrones. Cantaba la letra mientras buscaba el ritmo perfecto para ella con su guitarra. Alisson estaba en la habitación colocándose la única prenda de vestir que tenía, aquel vestido que Vanessa le hizo comprar antes de asistir al festival. Peinó su cabello con los dedos mientras se veía en el espejo del tocador que había junto al ventanal. Observó que, sobre el tocador, había algo que ella casi había olvidado: su accesorio de cabello, el mismo que tenía aquella noche en Las Vegas cuando conoció a Bruno. Lo cogió con una sonrisa en su rostro mientras lo contemplaba recordando cuando Bruno se lo había quitado de su cabello hace casi seis meses. No podía creer que ahora todo era distinto. La voz de Bruno cantando se escuchaba desde la habitación junto con el sonido de la guitarra.

"Love the way that you laugh, the way that you smile. Makes me feel like you've been waiting a while. But guess what darling, I've been waiting too. So let's run, we can get freaky tonight. Right is your ticket to ride. Tell me girl what you gonna do" (Amo la manera en que ríes, la manera en que sonríes. Me haces sentir como si estuvieras esperando desde hace mucho. Pero sabes qué cariño, he esperado mucho también. Así que corramos, podemos alejarnos esta noche. Está listo tu tiquete para viajar. Dime nena lo que vas hacer)

Llevó el accesorio a su cabeza para sujetarse el cabello. Buscó su celular, el cual no revisaba desde anoche. Lo encendió y vio varias llamadas perdidas de Vanessa y de su madre.

-Y ahora quiere hablar conmigo -dijo con ironía, pero prefirió llamar a Vanessa.

-Contesta, contesta... -decía mientras le devolvía la llamada.

-¿Alisson? -contestó Vanessa al rato.

-Vane, perdóname, perdóname, perdóname. Siento tanto haberte dejado ayer.

-¿Estás loca o qué? ¡Estoy tan emocionada por ti! -le dijo.

-¿Cómo? ¿En serio? Es que... ahora estoy en Los Ángeles y tu tuviste que...

-Sí, muy en serio. No te preocupes, yo... ¡¿Qué?! ¿Estás en Los Ángeles?

-Ehh... Sí.

-¿Qué haces en los Ángeles sin mí, tonta?

Alisson reía. Escuchó que Bruno continuaba cantando al fondo. Se acercó a la puerta, la cual estaba cerrada y la abrió sólo un poco.

-Escucha... -dijo alejando su celular de la oreja para que Vanessa escuchara a Bruno cantar.

Luego de dejar que Vanessa escuchara durante unos segundos a Bruno cantar, volvió a colocarse su celular en la oreja.

-¡Aaahh! -gritó Vanessa- ¿Estás en su casa?

-Vane, no volveré a Las Vegas jamás.

-¡Obvio! ¿A qué loca no se le ocurre jamás irse de la casa de semejante bombón?

Alisson volvió a reírse cerrando de nuevo la puerta.

-¿Entonces has pasado la noche con él? -dijo y pegó un grito- ¿Cogieron?

-Vane, no más preguntas, por favor -le dijo sonriendo.

-¡Eso es un sí! -siguió gritando.

Alisson alejaba un poco el celular de su oído para no aturdirse con los gritos de Vanessa.

-¿La tiene grande, cierto? ¿Te dolió? ¿Se mueve bien? ¿Cuánto aguanta, eh?

-Vanessa, basta ya.

QUILATES DE MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora