ESENCIA DE MUJER

Veintiocho

Bulma
Camino sin rumbo fijo hasta llegar a la playa, a lo lejos se escucha una melodía muy relajante, camino con dirección a esa musica, nunca había escuchado una canción como aquella, seguía caminando hasta que veo a una pareja madura, personas grande de edad, pero no tan ancianos, ellos bailan de una manera tan sensual, pero al mismo tiempo elegante, la figura de aquella señora se hacia ver tan refinada, elegante pero a la vez sensual y sexy sin pasar a lo vulgar, mis problemas se me olvidaron x ese instante, yo los miraba, me imaginaba bailar de esa manera con Gogeta, quería sentirme sexy y muy sensual con un baile, al terminar la pieza ambos me miraron, el señor se acerco a mi y me hablo en otro idioma, lo mire confundida entonces me sonrió y hablo en español.

Señor: ¿bailamos este tango?

Sin pensarlo acepte, no entendí la razón no se bailar tango pero acepte, me extiende su mano y la tomo, pone su mano en mi espalda y me acerca a él, comenzamos a bailar, yo solo seguía sus paso él me guiaba me sentía tan bien como flotando en el aire me hizo sentir ¡viva! Al sentirme de esa forma mis ojos comenzaron a humedecerse y se me hizo un nudo en la garganta, quería gritar y no podía... Mis ojos no soportaron más y soltaron unas pocas lágrimas, de pronto más y más lágrimas, hasta que salían sin poder evitarlo, no podía parar de llorar... El señor se dio cuenta de ello y ese baile se convirtió en un abrazo de consuelo.

Señor: no se que es lo que tienes, pero estoy seguro que ¡todo saldrá bien!
Bulma:( llorando) ¡QUIERO VIVIR! Quiero conocer a alguien y enamorarme , quiero casarme con él y vivir juntos por mucho, mucho, mucho tiempo...( llorando)

El señor me abrazo con fuerzas, como si pudiera entender mi dolor, no se x que, a pesar de no conocerlo me podía dar esa paz que necesitaba, ¡me desahogue! desahogue lo que tenia en mi pecho, quería gritar las ganas que tengo de vivir y que alguien me diera un abrazo como lo hizo aquel señor y me dijera aquellas palabras "todo saldrá bien" me seguía abrazando y yo sacando todo el dolor que tenia en mi pecho...

Bulma: ¡quiero vivir como usted! quiero llegar a vieja y tener canas, quiero ver morir a mi madre que sea lo último que vea antes de irse y no al revés... ¡Quiero tener un hijo! Quiero verlo casarse y tener su propia familia hasta ese entonces ¡quiero seguir viva!

Mis lágrimas seguía fluyendo de mis ojos, el señor me seguía consolando, el sol se estaba ocultando y un hermosos atardecer se veía como retrato en el horizonte, lo contemple todavía en los brazos de aquel hombre, el peso se hizo más ligero en mis hombros, lentamente mis lágrimas dejaron de fluir  y ese señor fue como un ángel, su abrazo, su oído y sobre todo ¡ese baile de tango!

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Restaurante muy lujoso.

Narrador
Vegeta cenaba con Lazuli, aunque sus pensamientos estaban en otro lado.

Lazuli: si mi padre se llega a enterar de lo que vi. ¿Que crees que pase?

Vegeta.
No se x que siento nuevamente este vacío, ¿que es lo que me paso? tengo ganas de ir  buscarla, ¡saber como esta! La vi muy mal cuando salio del hotel, ¿será acaso ya se habrá ido? ¿Donde estarás chica azul?

Lazuli: ¡Vegeta! ¿Me escuchas?
Vegeta: ¡si sabe bien! deberíamos de probar el vino, es especial de la casa...

Lazuli.
Lo miro con molestia tratando con todas mis fuerzas no soltarle una cachetada, he estado hablando como loca toda la tarde y no me pone la más mínima atención, es un ¡idiota! Respiro antes de hablar.

Lazuli: ¿en que estas pensando?

Me mira de una manera muy seria.

Vegeta: en que no debes de presentarte de esta manera ¡nunca más!

Sus palabras me molestaron pero no se lo voy a demostrar, alzo la ceja y lo miro.

Lazuli: eso suena un poco cruel ¿no crees?
Vegeta: ¡cruel seria si vinieras x que me extrañabas!

¡Idiota!

Vegeta: ¿ocurrió algo?

Lo volteo a ver con molestia, no puedo creer que haya venido hasta Okinawa para esto, dejo los cubiertos en la mesa.

Lazuli: ¡no puedo comer en esta atmósfera! no quiero atragantarme x el coraje, asi que ¡me voy!

Vegeta.
Se levanta de la silla y se da la vuelta caminando un par de pasos, tomo aire y la detengo, con toda la paciencia que necesito para hablar bien con esa chica.

Vegeta: ¡no puedes irte de esta manera!

Ella me voltea a ver, sonríe sarcástica y sigue su camino,
¡No la entiendo de verdad! ¿que demonios quiere de mi? Muchas veces me topaba con pared cuando intentaba acercarme a ella, ahora no comprendo ¿x que se comporta como una novia celosa? ¿Que le pasa a esa chica?

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Vegeta
Después de cenar, subí a mi habitación, camino a la cocina y saco una lata de refresco del refrigerador, la destapo y le doy un sorbo, giro y camino a la terraza, me siento en un pequeño sofá y miro el mar, ese hermoso mar me recuerda esos hermosos ojos azules, que combinan perfectamente con esa cabellera del mismo tono, su rostro blanco, con facciones delicadas, y esos labios rosados involuntariamente una sonrisa nacen de mis labios, al recordar aquel beso sabor a cerveza, su sonrisa, su mirada su voz, su respiración, ¡su esencia!

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Bulma.
Era de noche y llegue a mi habitación, me siento más tranquila, el peso que traiga conmigo se hizo más ligero, esa opresión que sentía en el pecho por fin desapareció, se que mi vida ya es corta pero debo de mantenerme firme, vivir a mi manera estos pocos meses que tengo... ¡Quiero ser feliz el tiempo que me quede de vida!

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Al Siguiente Día...

Vegeta
Salí muy temprano a correr, me sentía encerrado en la habitación, ¡sofocado! toda la noche no deje de pensar en ella, la recordaba como mirando una fotografía, en mi mente quedo muy grabado su rostro, sus ojos, su pelo, su cuerpo.

Llego al hotel, después de 3 horas de correr, antes de subir al elevador el camarero se acerco a mi.

Camarero: ¡disculpe señor!

Lo volteo a ver.

Camarero: la huésped con la que estaba haciendo turismo, ¡olvido esto en su habitación!

En su mano sostenía una pequeña caja, la miró y enseguida la reconozco, es donde estaba aquel collar que gano en la competencia de cerveza.

Camarero: tal vez usted la pueda ver en la capital, ¡podría dárselo!

Miro aquel collar, ¡no puedo creer que ya no este aquí! ¿x que se habrá ido? No voy a negar que sentí una punzada en el pecho, al pensar que tal vez ya no la voy a volver a ver nunca más, giro mi vista al camarero.

Vegeta: ¡no creo que vuelva a verla!
Camarero: no se preocupe. Entonces ¡nosotros no encargaremos!

El empleado se da la vuelta y se aleja, me quedo pensando unos segundos, tal vez sea una buena idea, un pretexto para volver a verla, lo volteo a ver.

Vegeta: ¡espere!