Ciento uno

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Recta final...

Bulma.
La noche fue perfecta pese a darme cuenta que le valgo menos que un cacahuate a Vegeta... No siente celos y eso realmente me decepcionó, aunque lo compensó con besos y caricias, quería solo darle una pizca de celos y aunque no lo conseguí estoy segura que ¡me ama! Los celos no es la muestra de su amor, su forma de ser conmigo, amable, cariñosos, atento, amoroso es la muestra de lo que siente x mi.

Me siento feliz realizada, no cabe tanta felicidad en mi pecho, me siento dichosa de tener las mejores amistades, la mejor familia y sobre todo el mejor novio.

Llego a una cafetería donde mi tío me cito, lo veo en una de las mesas y me acerco, lo saludo y toma asiento... Se veía nervioso pero comenzó a hablar... Con dificultad me dijo que le iba a pedir matrimonio a mi madre y me estaba pidiendo prácticamente mi aprobación... ¡Obviamente lo aprobé! con la única condición que la hiciera feliz todos los días de su vida.

Cuando llegue a casa vi a mi mamá arreglándose, dijo que saldría con mi tío, no tiene ni la menor idea de lo que le espera... La ayude a ponerse bella... Más de lo que es y a los pocos minutos se fue... Dijo que solo estará un par de horas, pero eso lo dudo.

Yo camine a mi cuarto para terminar de empacar mis cosas para el viaje, que mañana haremos a Miyako. Estaba en ello cuando suena el timbre ¡Que raro! ¿A mamá se la habrá olvidado algo? Salgo de mi cuarto y camino hasta la puerta abro y veo a Vegeta frente a mi, con la más bellas de sus sonrisas, se acerca a mi y me da un beso fugaz en los labios.

Bulma: ¡no te esperaba!
Vegeta: ¡lo se! Pasaba x aquí y pensé en pasar a saludar a tu madre... ¡No piense que pase x ti!

Sonrió.

Bulma: ¡bien! Pero mi madre no está, y no llegara pronto y como solo viniste a saludarla ¡ya te puedes ir!

Tomo la puerta y la comienzo a cerrar pero su mano me detiene.

Vegeta: no tengo nada que hacer, ¡puedo esperarla!

Empuja la puerta y entra sin pedir permiso, camina directamente al sofá, lo miro con la boca abierta, cierro la puerta y camino hasta donde esta, gira su cabeza y me mira.

Vegeta: como soy un invitado ¿puedes traerme un vaso de agua?

Cruzo los brazos con una mueca.

Bulma: ¡no eres un invitado x que ni siquiera te invite a pasa!

Me doy la vuelta para dejarlo ahí solo, pero enseguida se levanta del sofá y se pone frente a mi, y de un movimiento me atrae a él, me abraza con sus musculosos brazos, siento de inmediato su calidez...

Vegeta: ¿quieres que me valla?

Escondo mi cabeza entre su pecho, rodeo con mis delgados brazos su cuerpo y niego con la cabeza... Puedo escuchar el latir de su corazón. ¡Eso me relaja! Estuvimos por unos minutos más en esa posición... Hasta que se ocurrió la grandiosa idea de poner una película.

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