-Narra María-
El beso...
Era el primero en mi vida, aunque pareciera mentira que, con 19 años, nadie me hubiera dado ya esté gesto de cariño.
Me besó despacio, lento, suave... suponía que para que no me asustara, pero también con mucha pasión, con la impotencia de no haberlo podido hacer antes.
Y era pronto para decirlo, pero había sido en el mejor beso que me pudieran haber dado jamás, la muestra de cariño más bonita del mundo...
Me había enamorado de el, desde el primer instante que mi mirada se posó en su persona, de sus ojos, su sonrisa... de su cariño, su ternura y, también, su delicadeza...
Todavía me parecía imposible hubiera apostado por mi, dadas mis circunstancias...
Todo era difícil de creer y, ahora que por fin había tenido esta oportunidad, sentía de nuevo la felicidad en mi, las ganas de reír, de disfrutar... Así que lo hice por el, y por mi...
Blas: Tienes la sonrisa... más bonita del mundo... -me dijo, todavía a escasos centímetros de mi.
Me acarició la cara, suavemente, algo que hizo que me estremeciese, pero por tenerlo a él tan cerca y no por miedo.
Ahora era momento.
Le pase mi mano por su nuca, y lo acerqué de nuevo a mi, para después, volver a hacer lo mismo que el había hecho conmigo hace escasos segundos.
Estuvimos así varios minutos, que acabaron siendo los mejores de mi vida.
Blas: ¿Ahora tienes sueño? -me dijo, divertido.
María: Te prefiero a ti...
Blas: Eso ya lo sé, pero es muy tarde... -y se levantó, no sin antes darme otro beso, esta vez, corto.
Me puse el pijama y me acosté.
El llegó poco tiempo más tarde.
Se tumbó a mi lado, y me pasó el brazo por debajo de la cabeza, a modo de cojín.
Blas: Has sido muy valiente, de verdad...
María: ¿Por qué? -le respondí, extrañada.
Blas: Por todo... -dijo, antes de volver a posar sus labios en los míos de nuevo.
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¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?
FanfictionUna sola persona puede salvarte del mundo invisible en el que vives. Sólo tienes que confiar en ella, aunque sea difícil, porque será tu Ángel de la Guarda...