¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?

Capítulo 26

-Narra Blas-

Carlos ya se había dormido, pero yo no dejaría que Morfeo me llevara a él tan fácilmente.

Pasé mi brazo por detrás de la cintura de María, como solía hacer siempre con ella.

Mis lágrimas volvieron resbalar por su rostro.

Le acaricié la mejillas, y le besé la frente.

Blas: ¿Ves? Te dije que algún día volverían a ser feliz... y hoy lo acabas de conseguir... Eres la persona más maravillosa que he conocido jamás.. aunque eso ya lo sabías...

Tenía que hacerlo. Tenía que contarle todo, desahogarme a su lado.

Blas: Siempre... he pensado que eras un ángel... que habías venido a la tierra para cumplir una misión... y que... ahora... como ya lo has hecho conmigo... tienes que volver al cielo...

Podía hacerlo... debía seguir...

Blas: Cuando te vi por primera vez... sabía que eras especial... diferente al resto... única... Me infundiste confianza y... sentí una señal... que me decía... que debía protegerte... que no te dejara sola... que te cuidara...

Seguí...

Blas: Este era tu destino... los ángeles lo tejieron para ti... para que no sufrieras... para que los últimos días que tuviste en la tierra... fueran los mejores de tu vida...

La vida. La odiosa vida.

Toda su historia me hacía recapacitar... que ahora debía vivir cada momento como si fuera el último... como si no existiera un mañana...

Blas: Ahora... bueno... intentaré seguí viviendo... por ti... por los dos... porque sé que te tendré a mi lado... Porque yo te protegí... y seguro que ahora tu estás haciendo lo mismo conmigo... desde allí... desde el cielo

...

Te quiero...