-Narra Blas-
Ya había pasado un mes de aquella horrible persecución y, tras aquel día, nada volvió a ser lo mismo.
No era sólo María la que había empezado a estar de nuevo nerviosa o asustada, sino que yo todavía estaba más aterrorizado que ella.
Tenía miedo de perderla, que la arrebataran de mi lado, y que la volviesen a violar como ya habían hecho meses atrás, así que, ahora, apenas salíamos de casa.
Tampoco me conectaba mucho a las redes sociales, o hacía llamadas telefónicas, ya que temía que le hackearan el MacBook o el iPhone.
Podría decirse que estábamos excluidos del mundo, o quizás alejados de la sociedad.
En pocas semanas, mi estado emocional había cambiado por completo. Lo que ella había sentido cuando me conoció por primera vez, esposo sentimientos, eran los que ahora rodeaban mi cuerpo.
Peo hoy, todo iba a ser diferente.
Hoy celebrábamos nuestro esperado concierto, en el que festejábamos nuestros 5 años como grupo, como Auryn, así que teníamos qué salir, quisiéramos o no, de casa.
Lo hicimos con la ayuda de Álvaro y Dani ya que era mejor que nosotros también tuviéramos refuerzos, aunque no pasó nada.
Por suerte, desde aquella vez, no volvimos a ver a ninguna persona sospechosa merodear por el vecindario y, las pocas veces que habíamos salido, tampoco nos habíamos encontrado a nadie extraño.
Cuando llegamos al recinto, aquello también estaba completamente lleno, y eso hizo que me tranquilizara un poco: una persona no raptaba a otra cuando estaba rodeada de cientos de adolescentes, ¿no?
Tras hacer las debidas pruebas de sonido y de vestuario, salimos al escenario.
La verdad, estaba tan nervioso (o quizás asustado), que no me daba ni cuenta de lo que estaba cantando.
La mayor parte del tiempo, me la pasé mirando al público, buscando a alguna persona que pudiera parecer sospechosa, pero no encontré a ninguna.
Por desgracia, muchas personas se empezaron a dar cuenta de mi estado, y cuchicheaban entre ellas mientras emoción señalaban con el dedo índice, cosa que me ponía todavía peor.
Por ratos, tenía la sensación de que no conseguiría acabar aquel concierto.
-Narra María-
El concierto acabó siendo un éxito, a pesar de que Blas estaba un poco distraído.
Por suerte y, como siempre, Antía, Charo y yo lo vivimos y escuchamos desde bambalinas, algo que lo hacía todavía más especial.
Sobre la mitad del espectáculo, sentí como el ojo derecho empezaba a picarme. Seguramente, sería una pestaña, pero necesitaba cerciorarme.
María: Chicas, voy al baño. Vuelvo en un minuto, ¿vale?
Charo: ¿Quieres que te acompañemos?
María: No. Tranquilas, no hace falta...
Si. Podía sonar raro que no quisiera que vinieran conmigo si tenía depredadores al acecho, pero todo tenía una explicación.
Magí me había dicho que no podía entrar nadie en la zona en la que encontrábamos, ya que era como un "perímetro de seguridad", y nadie tenía acceso a ella, a no ser que formara parte del equipo.
Tras mirarme un rato en el espejo me di cuenta de que, efectivamente, era una pestaña así que, tras deshacerme de ella, volví al backstage.
Cerré la puerta del baño sigilosamente cuando, de repente, unos fuertes y poderosos brazos me rodearon el cuerpo.
Intenté deshacerme de ellos, pero fue imposible.
En ese momento, sólo escuché el crujir de mis costillas, notando como varias de ellas se rompían bruscamente.
Quise gritar, de pánico y dolor a partes iguales, pero aquel hombre me había puesto una mano en la boca, con lo que también me dificultaba la respiración.
Ahora, sólo podía pensar en Blas, mientras notaba como mi cuerpo se desvanecía, al ritmo en el que un líquido entraba en mi cuerpo, a través de una jeringuilla, pinchada en mi cuello.
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¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?
FanfictionUna sola persona puede salvarte del mundo invisible en el que vives. Sólo tienes que confiar en ella, aunque sea difícil, porque será tu Ángel de la Guarda...