Capítulo 25

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-Narra Blas-

Por decisión propia, decidimos no enterrarla, para que no tuviera que estar todavía más cerca del infierno, así que la dejamos escondida entre unos matorrales, al lado del lago.

Nos íbamos a ir ya, cuando...

Blas: Lo siento chicos, pero... está noche... quiero quedarme con ella...

Magí: No Blas. La tienes que dejar... es lo mejor para ti... y para ella...

Blas: Sólo hoy... por favor...

Las lágrimas todavía corrían por mis ojos, rojos e hinchados, ya que no había dejado de llorar en ni un sólo momento.

David: Pues... si tu te quedas, yo también...

Dani: No vamos a dejarle sólo... aquí... -dijo señalando aquel entorno salvaje.

Blas: No... quiero quedarme yo sólo... a su lado...

Magí: No. Eso nunca.

Carlos: Pues me quedo yo contigo y el resto que se vayan. Ya está. Mejor uno que ninguno...

Magí: Bueno... vale...

Nos trajeron agua, comida y mantas, algo que Carlos aprovechó, perro que yo rechacé rotundamente.

Ya eran las 11 de la noche, así que el bosque se mostraba en su máxima oscuridad.

Todo estaba en silencio, incluso nosotros.

Carlos: Tranquilo... a ella le gustaría que tu fueses feliz...

Blas: Eso es imposible. No puedo hacerlo sin María. Sigo pensando que todo ero forma parte de una pesadilla horrible de la que me quiero despertar pronto...

Me dio un abrazo, y yo se lo devolví, aunque eso no consiguió que parase de llorar.

Blas: Lo último que le dije fue "no pasa nada"... pero ella ya había sentido algo...

Carlos: Olvida esa escena... ahora ya no podemos hacer nada para cambiarlo...

Blas: ¡Joder! Todavía lo recuerdo como si estuviera viviendo esos momentos de nuevo... sus ojos... su pelo... su sonrisa... era la más bonita del mundo... ¿sabes?

Carlos: Eso no lo dudo... pero había sufrido mucho, y nosotros no podíamos hacer nada para que los olvidase...

Blas: Le dije que era muy valiente... y me lo demostró con creces... hasta el último segundo de su vida...

Y así pasó la noche... añorándola... recordando cada momento vivido junto a ella...

Era única... brillaba... más que diamantes en el cielo...

¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora