-Narra Blas-
Era... Mi madre...
Me pensé unos segundos si cogerselo o no aunque, al final, decidí contestarle, lo más calmado posible.
Blas: Hola mamá... -intente sonar lo más animado posible, pero fracasé en el intento.
María Jesús (madre de Blas): ¡Blas! Hijo, ¿¡¿que ha pasado?!? ¡Estás saliendo en la tele! ¿¡¿Que es eso de un internado en el que violaban a las chicas?!?
Cogí aire y, todos los recuerdos que aquella doctora había alejado de mi mente durante unos minutos, volvieron a aparacer sin previo aviso por allí.
Blas: Mamá... tengo miedo... -sollocé.
Las lágrimas también acabaron haciendo acto de presencia por mi rostro.
María Jesús: ¿¡¿Pero que ha pasado?!? ¿¡¿Quienes son esas chicas?!?
Blas: Por favor... Para... No quiero hablar ahora del tema...
María Jesús: No llores cariño... ¿quieres que vaya a Madrid? ¡Cogote ahora un avión sii hace falta! Sabes que no me importa...
Blas: No... Por ahora no... Te llamo más tarde y te lo cuento todo... ¿vale?
La verdad, no quería hablar con nadie. No me sentía con fuerzas.
María Jesús: Bueno... vale... Tu estate tranquilo... No te preocupes por nada...
Blas: Tu no conoces la historia... No puedo calmarme...
María Jesús: ¡Ni se te ocurra hacer una locura!
Blas: Vale... y le colgué.
Fui de nuevo hacia la sala de espera donde, ahora, también están con David el resto de Auryn, con Antía, Charo y Magí.
Todos corrieron a abrazarme.
Dani: Tranquilo... María pronto se pondrá bien...
Blas: ¿Como lo sabéis? -me extraño un poco que dijera eso ya que, esta madrugada, ellos temían por su vida.
Magí: Ha venido la doctora y nos lo ha contado todo. Ahora solo tienes que esperar unos días...
Blas: Chicos... tengo miedo...
Antía: ¿Por qué?
Blas: ¿Y si no recuerda nada? ¿Y si se olvida de mi?
Álvaro: Has hecho mucho por ella. No creo que lo haga...
Blas: Hay un 96% de probabilidades...
Charo: Las matemáticas también fallan muchas veces. No puedes dejarte vencer por unos simples números...
Blas: Tiene que ocurrir un milagro para que esto no se haga realidad...
Carlos: Los ángeles hacen milagros...
Nos quedamos en silencio, y me senté en una de las sillas de la sala.
Me tapé la cara con las manos.
Blas: Bufff... -resoplé-. Esto es muy difícil...
Magí se sentó a mi lado.
Magí: La esperanza es lo último que debe perderse... Tu lo deberías tener más claro todavía...
Blas: Estoy harto de todo esto... Por culpa de una hija de puta ella está así... ¿¡¿Que le hizo ella?!? ¡Podríamos haber sido felices! ¡Ahora ella por fin había comenzado a serlo!
David: Blas... Quizá este es el momento de decirte una cosa...
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¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?
Hayran KurguUna sola persona puede salvarte del mundo invisible en el que vives. Sólo tienes que confiar en ella, aunque sea difícil, porque será tu Ángel de la Guarda...