Capítulo 22

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-Narra María-

Me desperté, de nuevo, en los brazos de Blas.

En ellos, me sentía feliz, protegida, querida... todo lo que había pedido en aquellos doce años de calvario.

Me encantaba todo de el, estaba claro: la forma en que tenía de mirarme con sus verdes ojos; su forma de respirar, cuando tenía su aire acariciando mi cara; sus besos, dulces y apasionados...

Lo miré. Dormido, era todavía más perfecto.

Tras varios minutos, comencé a aburrirme, así que me levanté, y empecé a inspeccionar toda la casa, ya que nunca lo había hecho.

El baño, la cocina, la habitación convertida en trastero... todo era sorprendente.

Pasé de vivir en el infierno a hacerlo en el verdadero cielo...

¡Un momento! El trastero... había algo que me resultaba... "familiar".

Volví allí. Todo estaba igual: cajas, un portátil, revistas en las que el y su grupo salían en la portada, u piano... ¡Si! Era eso. El piano.

Había visto uno antes... en el infierno. Me habían enseñado a tocarla cuando llegué allí.

Me acerqué a el, y acaricié sus teclas. Pronto, la música hizo acto de presencia en mi mente.

Odiaba tener aquellos momentos en los que, de pequeña, pensaba que estar allí era como hacerlo en el paraíso, así que me eché a llorar.

Pronto, escuché unos paso por el pasillo, y una persona que se acercaba cada vez mas a mi.

Blas: Ehhh... pequeña... ¿que te pasa? -dijo mientras me abrazaba y me acariciaba el pelo.

María: Eso... -y señalé aquel instrumento.

Blas: ¿Hablas del piano? ¿Sabes tocarlo?

María: Si...

Blas: Y entonces... ¿por qué lloras?

María: En el internado... había uno...

Blas: Pero ahora estás conmigo... tienes que olvidarte de ese sitio.

María: Vale... -dije un poco más calmada.

Blas me separó de el y me miró a los ojos.

Blas: Mira... tengo una propuesta para ti. ¿Quiero venirte hoy conmigo al estudio?.

¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora