Capítulo 17

1.6K 91 8
                                    

-Narra David-

Decir que estaba cagado de miedo cuando entré en aquel lugar se le quedaba corto.

Pánico, terror... todos estos sentimientos aparecían por mi mente y mi cuerpo sin yo poder remediarlo.

Por suerte, el bar no estaba tan mal y la gente... bueno... daba un poquito de respecto la verdad.

Dani: ¿Pedimos algo o vamos directamente al grano? -me preguntó.

David: Ufff... no sé... Estoy hecho un manojo de nervios... Haz lo que quieras...

Empezó a mirar alrededor.

La verdad, no sé si estaba buscando a la persona adecuada o, simplemente, admirando el tétrico edificio aunque, a los pocos minutos, mis dudas se resolvieron.

Dani: Aquel... -dijo señalando a tres hombres con abrigos negros y largos.

Estaban fumando, en una esquina bastante apartada del resto en el local.

David: ¿Tu crees?

Dani: Si... Está clarísimo...

Empezó a caminar sin miedo hacía ellos y yo, simplemente, lo seguía como un perrito faldero.

La gente nos miraba de forma rara, pero sin perder de vista los juegos y estrategias de sus contrincantes en el pequeño casino que tenían allí montado.

Póquer, ruleta de la fortuna... todo era posible allí...

Dani: Hola... -dijo mientras se sentaba a su lado.

La verdad, de no haber sido Lorenzo aquel lugar, le habría dado una colleja sin pensármelo dos veces.

Aquella gente no era de fiar, y el ya los saludaba como si fueran higos de toda la vida...

Es que Dani nunca cambiaría... Estaba claro...

Mafioso: ¿Que queréis? ¿Droga, armas, algún asesino para un ajuste de cuentas...?

Madre mía, ahora si que me iba a dar algo. ¿De verdad ese hombre estaba hablando en serio?

Si me viera en ese momento al espejo, seguro que estaría blanco como una sábana. Hasta tenía náuseas...

Dani: Armas: pistolas...-dijo, rotundo en su decisión.

Mafioso: Perfecto... -le respondió este, con una tétrica voz ronca, debido, principalmente, al tabaco que estaba consumiendo-. ¿Cuántas queréis?

Bueno... ahora hablaría yo...

David: Cinco...

El mafioso le hizo un gesto a uno de sus compañeros, para que se marchara de allí, y nos  hizo un gesto para que nos sentaramos con el.

Mafioso: Bueno... contadme... ¿para que queréis esas pistolas?

Dani: Ehhh... es una historia muy larga pero... digamos que... es para salvar a una persona...

Mafioso: Interesante... sois muy jóvenes para este tipo de cosas... ¿no creéis?

David: Si. Pero nos da igual... -le dije con una sonrisa.

Pues me estaba empezando a caer bien aquel hombre. Si...

En pocos minutos, su ayudante regresó con un maletín negro atado con un candado. Sacó una pequeñísima llave de su bolsillo, y lo abrió.

Ante nosotros, quedarían descubiertas cinco brillantes pistolas. Eran negras, pero con un  extraño esmaltado.

Mafioso: Son las mejores que tengo en mi poder pero... tambien las más caras... Y no quiero tener problemas con vosotros por su pago...

Nos quedamos un poco parados. Llevábamos guardados en un sobre 200.000€, pero ahora empezabamos a pensar que esto no iba a ser suficiente...

Dani: ¿Cuanto...? -y dejó la frase sin terminar.

Mafioso: 150.000 € aunque... como me habéis caido bien... os las dejo en 135.000€

David: Perfecto...

No. Perfecto no. ¡Genial!.

Después de contarlo dos veces, le entregamos el sobre.

Mafioso: Cogedlas... Ya son vuestras y... cuando querais algo... ya  sabes que me tenéis aquí para lo que necesiteis... Estoy todos los días -nos explicó.

Dani: Vale. Gracias... de verdad...

Después, nos levantamos, y le tendimos la mano.

Por fin habíamos conseguido todo, y ya podíamos llevar a cabo el rescate.

Mañana, Blas y María, volverían a estar juntos...

¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora