Capítulo 28

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-Narra Blas-

Me quedé en silencio... Ya lo había soltado todo, y sabía que ella me había escuchado... Porque os ángeles lo hacían...

La miré de nuevo. Era la persona más bella del mundo...

Esto era imposible... Una pesadilla...

Miré el entorno que nos rodeaba. Era perfecto para ella: tranquilo... alejado... protegido....

Todo lo que había pedido María en su vida y que nadie se había molestado en dárselo...

Un murmullo me sobresaltó...

X: Blas...

Era su voz... ¡Era su voz!

La miré. Sus ojos estaban abiertos, y brillaban con más fuerza que nunca...

Blas: Ma... rí... a... -susurré.

Estaba viva. Era increíble, pero cierto.

Las lágrimas todavía caían por mi rostro, ahora cubierto de felicidad.

Blas: No vuelvas a hacerme esto... -dije mientras la protegía de nuevo con mis brazos.

Ella se acurrucó dentro de mi.

Blas: Sabía que no me dejarías... confíe en ti desde el primer momento en que te vi... y nunca me fallaste...

María: Te quiero...

Blas: Yo también te quiero pequeña...

Y nos fundimos en un inolvidable abrazo.

Por supuesto, Carlos seguía durmiendo, pero no tuve la más mínima intención de despertarlo.

Ahora sólo quería estar de nuevo con María... lo más a solas posible...

María: Tengo frío...

Blas: Tranquila...

La cubrí con una manta y la senté encima de mi, para que mi calor corporal también se transmitiera a ella.

La acuné contra mi pecho, mientras le cantaba en bajito "Me gusta", su canción favorita.

Ahora comprendía todo lo que me habían dicho de pequeño sobre loa ángeles de la guarda.

Que nunca te abandonaban, que siempre te protegían...

Y ella se había convertido en el mío, igual que yo para ella...

¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora