¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?

Capítulo 30

-Narra Blas-

Otra vez mas, el miedo invadía mi cuerpo.

David: La directora del internado creo el colegio para vengarse e la madre de María... Ella la mató...

Blas: ¿¡¿Que?!? ¿¡¿Construyó ese infierno aposta?!?

David: Nos lo explicó una de las alumnas. La directora tenía celos de ella y de su hija...

Blas: Joder... ¿¡¿Sólo por eso?!?

Dani: Siempre se dijo que los celos mataban...

Nos quedamos un poco en silencio y, después de esto, cada uno de ellos se fue marchando para casa.

Pasaron los días y, con ellos, nueva información fue saliendo a la luz.

Los investigadores encontraron a los médicos  que llevaban a cabo los experimentos y las violaciones, y ahora ya se encontraban en la cárcel.

Por nuestra parte, en España ya eramos considerados héroes, y ahora no sólo para las auryners.

Todo el mundo se hizo eco de la noticia, desde EEUU hasta China, e incluso se hicieron varios TT's mundiales.

Pero a mi todo esto me importaba muy poco, o casi nada.

Hoy era el día...

Hoy por fin podría ver a María...

En pocos minutos, apareció ante mí su doctora.

Doctora: ¿Estás preparado? No tienes muy buena cara...

Blas: Si... Vamos...

Doctora: ¿Has dormido? Ya sabes quedé en mi trabajo también tengo pendiente cuidarte a ti...

Blas: Un poco...

Doctora: No has salido de aquí en estos cinco días. Necesitas que te de un poco el aire...

Blas: Me da igual... Lo importante es ella...

Comenzamos a andar por los  pasillos del hospital, en dirección a la nueva habitación de María, mientras la doctora me echaba cientos de regañinas por no haberme cuidado lo suficiente durante todo este tiempo.

Parecía mi madre aunque, en verdad, me caía súper bien. Era muy cercana, y nos trataba a todos (y con esto me refiero a todo el equipo de Auryn), como si nos conociera  de toda la vida.

De repente, tras coger un ascensor hasta una de las últimas plantas, nos paramos en una puerta.

Doctora: ¿Sabes  porqué elegimos este piso y no el quinto, o sea, en el que deberían de estar?

Le sonreí.

Blas: ¿Por qué?

Doctora: Por su tranquilidad. Aquí apenas hay pacientes, así qué tenéis la planta entera dedicada única y exclusivamente a vuestro caso. El resto de chicas estan en las siguiente habitaciones... -dijo mientras señalaba las puertas que había a la derecha de esta.

Era cierto. Cuando los policías y bomberos entraron en el laboratorio, descubrieron a tres chicas más que estaban en una situación parecida aunque, por  supuesto, la más grave siguió siendo María.

Doctora: ¿Preparado? -dijo mientras tiraba del pomo.

Asentí con la cabeza.

Entramos en silencio y, en una camilla que había en el centro de la habitación, allí estaba ella...

Mi ángel de la guarda...