Capítulo 47

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-Narra María-

Con el paso de los días, mis moratones y arañazos desaparecieron por completo pero, al contrario que en las otras situaciones de peligro en las que me había encontrado, los sentimientos de miedo y desconfianza no lo hicieron, así que seguía estando igual de feliz que lo era anteriormente.

Como me había dicho Blas, ya varias veces: "los momentos malos se olvidan, pero los buenos recuerdos quedan para siempre".

Aún así, esto no significaba que hubiera borrado de mi mente las horribles experiencias que había vivido aunque, por lo menos, las mitigaba un poco, y hacía que me olvidase de ellas por momentos.

Está tan inmersa en mis pensamientos que no me di cuenta de que el móvil de Blas comenzaba a sonar.

El estaba duchándose, así que no lo podía coger, y me acerqué yo a el.

En el medio de la pantalla ponía "Mamá", por lo que me resistí a cogerlo.

La verdad, no sabía si Blas le había hablado de mi alguna vez a su madre, así que se podría sorprender si descolgaba el móvil y escuchaba mi voz.

Por suerte, en pocos segundos dejó de sonar, pero... Volvió a hacerlo al cabo de unos minutos.

María: ¡Blas!

Fue gritarlo, y dejar de escucharse el sonido del agua.

Sentí como la  puerta del baño se abría y aparecía tras ella Blas... desnudo...

Me quedé atónita y supongo que mi cara también lo reflejaba, ya que me miró con una expresión divertida.

Blas: ¿Qué? ¿Tanto te impacta? Yo te he visto a ti desnuda miles de veces... así ya estamos en igualdad de condiciones... -dijo mientras cogía su teléfono móvil.

Vale. Lo confesaba. Jamás había visto a un hombre desnudo.

El volvió al baño, mientras seguía hablando con su madre.

-Narra Blas-

A decir verdad, me sorprendió (y mucho) la cara de María cuando salí del baño.

Era cierto que nunca me había visto desnudo pero, ¿porqué esa cara de desconcierto?

Me puse a pensarlo, mientras mi madre me contaba la aventura de una de las vecinas de Ricote, ya que a mi eso no me interesaba para nada, y llegué a una conclusión: si ella jamás había estado con un hombre de los 7 a los 18 años y, en estos dos últimos años con ellos, sólo la habían violado y la drogaban cuando lo hacían para que no recordará nada...  ¡ella jamás había visto a un chico desnudo!

Eso explicaba su cara de desconcierto.

X: ¡Blas! ¿Me estás escuchando?

¡Ups! Me había quedado en mi mundo mientras mi madre me hablaba.

Blas: Ehhh... si, si. Pero lo siento mamá, tengo que dejarte, que en el piso hay un montón de cosas por hacer y...

María Jesús (madre de Blas): Bueno, bueno... no pasa nada...

Por suerte, ella lo entendió, y se despidió de mi sin hacerme su típica pregunta "¿y no tienes ninguna chica especial allá por Madrid?", cosa que, está vez, agradecí más que nunca.


¿Puedo confiar en mi ángel de la guarda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora