Fucsia

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Jade

Es difícil imaginarse cuánto disfruto conduciendo el coche de Derek. Va tan bien... Y el motor suena tan genial... La única pega que le puedo poner es la cantidad de personas que se me quedan mirando. Sí; es cierto que yo también me giraría si viese un Ferrari como este por la calle, pero me sigue molestando que absolutamente todos me miren. No puedo conducir tranquila.

El camino de Beverly Hills al centro comercial Westside Pavilion no ha sido fácil. Me he encontrado con un atasco enorme que he tenido que sortear metiéndome por un barrio que no conocía. Gracias al GPS de mi teléfono he podido llegar más o menos puntual y Emma no me ha asesinado por hacerla esperar tanto. Debería mirarme un mapa o algo de la ciudad, estaría bien conocérsela mejor. A diferencia del otro día, hoy he dejado el Ferrari en el garaje público; es decir, el que es gratuito. No sé cuántas veces he rezado para que no me lo roben, no sabría cómo disculparme con Derek.

Devolviéndome a la realidad, Emma zarandea un conjunto de ropa interior de lencería en mi cara. Parpadeo un par de veces.

–¿Y este?, ¿qué te parece?—pregunta pasando los dedos por la fina tela.

–Es bonito—contesto yo sin saber muy bien qué decir.

Hace media hora que estamos metidas en esta gran tienda de ropa interior. Tienen de todo, pero Emma me ha arrastrado a la parte donde venden la más provocativa; lleva un buen rato enseñándome prendas y preguntándome mi opinión al respecto.

Lo cierto es que no tengo ni la más mínima idea de ropa interior "sexy". Siempre he llevado conjuntos sencillos, sin florituras ni colores extravagantes. Por una parte se ha debido al dinero, pero por otra es debido a que no soy una chica a la que le guste llevar íntimos pomposos o atrevidos.

–A Will le encantará esto..., ya me estoy imaginando su cara cuando lo vea—se ríe Emma alcanzando unas bragas de lencería rojas.

–Estás loca—le digo en broma negando con la cabeza. Lleva una bolsa repleta de conjuntos.

–Deberías comprarte alguno tú también, Jade. ¿O es que no te encanta la idea de ver a tu novio babear al encontrarte vestida con esto?

Me río al imaginarme la cara de Derek viéndome vestida como las modelos de la tienda. Por muy gracioso que fuese, no tengo el dinero para comprármelo. Me encojo de hombros como respuesta y Emma chasquea la lengua en señal de desaprobación.

–Ven aquí...—me coge de la mano y me lleva a la sección de los conjuntos sencillos—. Estos son más de tu estilo. No me niegues que no te dan ganas de comprarte alguno.

Paseo la mirada por las perchas. Emma tiene razón: los sencillos son los de mi estilo. Me llama la atención un conjunto con un tanga y un sujetador de lencería negros. Es más simple que los que ha recolectado Emma, es sexy y parece cómodo —a diferencia de muchos otros—. Es el que más me gusta, pero estoy segura de que cuesta un dineral que desde luego no me puedo permitir.

–¡Ese es precioso!—exclama Emma fijándose en el que llevo mirando un buen rato.

–Me gusta—admito en un murmuro.

–Cómpratelo—me anima, y yo niego con la cabeza.

–Es demasiado bonito para que pueda permitírmelo.

Mi amiga bufa con cansancio y coge el conjunto. Mira la etiqueta y sonríe como si acabara de ganar la lotería. Arqueo una ceja, excéptica, y ella me muestra el precio. ¡Quince dólares!

–¡Quince dólares!—chillo con una sonrisa. Me esperaba mucho más.

–Está rebajado por ser de la temporada anterior—me explica Emma señalando un enorme cartel que no he visto antes.

Blanco y NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora