Vainilla

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Derek

Yo ya sabía que mi novia era una diosa del Olimpo, pero jamás la hubiese imaginado tan preciosa como está hoy. Es que no tengo palabras. Su vestido... Su pelo... Su cara... Todo le sienta de maravilla, y lo mejor es que sigue siendo Jade Bristow; no parece otra persona. Hay chicas que se maquillan y cambian por completo, pero Jade... es ella. Es mi novia. Es mi australiana con problemas financieros. Y es preciosa.

Por si verla vestida así fuera poco, Jade se ha empeñado en conducir hasta el instituto. Aún no sé cómo se las ha arreglado para pisar los pedales con esos tacones, pero la cuestión es que he tenido que contenerme lo que no está escrito para resistir a la imagen que tenía frente a mí: una diosa como ella, con ese vestido que se ajusta a sus curvas, con esos tacones de infarto, conduciendo nuestro Ferrari... En fin, que lo mejor que podía hacer era desviar la vista y mantener mi mente ocupada. Un espectáculo así deja loco a cualquiera.

Jade desfila por el aparcamiento del instituto. Está a tope; la mayoría ya han llegado hace rato. Me supongo que somos los únicos que faltan por llegar al ver que incluso mi plaza de siempre está ocupada por una limusina demasiado pretenciosa. Acabamos aparcando en un lugar un poco apartado, así que tenemos que andar un trecho hasta el edificio principal.

–¿Estás bien?—le digo entrelazando nuestros dedos, justo antes de pasar por la entrada.

–Sí..., supongo que sí—intenta sonreírme, pero no sé si no le sale por nervios o por miedo. Sea como sea, le doy un beso en la frente y le ofrezco una mirada alentadora.

–No te preocupes. Todo va a ir bien. Recuerda que solo somos nosotros bailando rodeados de idiotas—recurro a su insulto favorito, y ella me contesta con una risita.

–No olvides que tú también fuiste un idiota—me sonríe, y esta vez es ella quien toma la iniciativa y se dirige al baile conmigo pisándole los talones.

Atravesamos la puerta para adentrarnos en lo que suele ser el gimnasio. Me sorprende la cantidad de gente que hay; no era consciente de que fuéramos tantos en nuestro curso. La mayoría están bailando con sus parejas o amigos, aunque también hay una pequeña minoría repartida por las gradas. Varias bolas de discoteca decoran el lugar junto a algunas decoraciones navideñas. Nadie parece percatarse de nuestra entrada, pero justo cuando me giro a mirar a mi novia, veo a Joshua, Renée, Kimberly, Max y Darrell cuchicheando y observándonos. La verdad, hace tiempo que no hablo con ellos, pero tampoco es que tenga ganas. Sé que mi círculo de amistades se ha visto reducido debido a la distanciación, pero no podría importarme menos. Mejor no tener amigos a tener amigos como ellos.

–Vamos—le digo a Jade cogiéndola de la mano y apartándola de esas víboras.

Caminamos hasta estar entre la pista de baile y las gradas. Cuanto más me fijo, más gente nos mira. ¿Qué narices les pasa? Ni que fuera la primera vez que nos ven juntos... Intento alejar a todos los babosos que desnudan a Jade con la mirada mientras me aseguro de que ella no se sienta incómoda. Jesús; no sabía que esto iba a ser tan agobiante.

–Derek, Derek. Mírame—mi novia me toca el hombro y yo le devuelvo la mirada. Parece preocupada—. Deja en paz a los demás, ¿vale? Que sea como tú has dicho: nosotros rodeados de idiotas. No les prestes atención.

–Perdona. Es que...

–Es igual, Derek, de verdad. Tú solo ignóralos—me aconseja. Suspiro y asiento. A decir verdad, tiene toda la razón. Es nuestra última noche juntos y yo estoy más pendiente de los demás que de ella. Si es que soy imbécil.

Vuelvo a apreciar lo guapa que está y no puedo evitar pasar los brazos por su cintura. Ella pasa los suyos por mis hombros y apoya la cabeza en mi pecho. No bailamos; ni siquiera nos movemos, pero con estar en contacto nos basta. Me olvido por un rato de los idiotas de nuestros compañeros, y solo quedamos Jade y yo en mi mente. Siento la familiaridad del momento, como si estuviéramos aún practicando, en su habitación, a media noche. Como si estuviera a punto de dormirse en mis brazos.

Blanco y NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora