Derek
Tenía que ser Rich. No podía llamar a cualquier otra persona; tenía que ser el imbécil de Rich. ¡Rich! Sé que Jade no quiere nada con ese pringado, pero la cuestión es que él sí. Siempre que lo veo está mirando a mi novia como si fuera un tesoro, como si fuera un pastel apunto para devorar. ¡Y ahora la ha venido a buscar y yo no puedo hacer nada! Los celos me tienen loco, estoy que me subo por las paredes. Llevo toda la tarde en el gimnasio, intentando liberar energías negativas y dejándome la piel en las máquinas para evitar pensar en esos dos juntos.
Cuando ya no puedo más y estoy cubierto de arriba abajo de sudor, desisto y salgo del sótano. Necesito una ducha. Me apresuro a subir a mi habitación para no encontrarme a mi madre por el camino; no me apetece en absoluto que me pregunte cómo nos va a Jade y a mí, especialmente porque nos va mal. Tengo la suerte de encontrar el camino libre de obstáculos y llego a mi dormitorio sin haber tropezado con nadie. Me paso la camiseta por la cabeza y cuando la dejo por el suelo oigo el ruido de un motor. Me asomo a la ventana y ahí está Rich, aparcando frente a mi casa y con mi novia en la parte trasera de su moto. Respiro hondo y me meto en la ducha para no ver su despedida. Antes que ver cómo se abrazan esos dos me pego un tiro.
Me tomo mi tiempo para la ducha. Intento eliminar tensiones, despejar mi mente y no pensar en Jade y en lo testaruda que es. Esta mañana se ha mostrado poco receptiva; no quería hablar conmigo y mucho menos solucionar nada. Tampoco me ha hablado en todo el día, a pesar de habernos visto a la hora de la comida. Y después está lo de esta tarde. ¡Ha llamado a Rich porque se negaba a meterse en el coche conmigo! Me parece increíble, y lo peor de todo, me hace pensar que no quiere estar bien conmigo. ¿Y si no quiere solucionar nada? Dios, estoy harto.
Después de un rato cierro el grifo y salgo de la ducha. Me ato una toalla a la cintura y me paso una mano por la cabeza para intentar secarme el pelo. Salgo del baño y...
–¿Jade?—¿qué demonios está haciendo sentada en mi cama? Cuando me ve, se levanta y se me acerca.
–Perdona. Lo siento, Derek. No debería haberme ido con Rich. Jesús, no he podido dejar de pensar en ti, y en lo mal que lo he estado haciendo...
–¿Qué estás diciendo?—aunque estoy bastante contento de que haya venido a mi habitación, no voy a regalarle un beso y un abrazo a la primera de cambio.
–Lo he hecho fatal. Me he negado a hablar contigo desde el principio, y para mejorar las cosas he llamado a Rich. Soy un desastre. Lo siento, de verdad.
Estoy flipando. Esta es la primera vez que Jade reconoce que ha sido ella quien se ha equivocado, normalmente su orgullo puede con todo, pero ahora la tengo aquí, admitiendo que ha hecho las cosas mal y pidiéndome disculpas. La miro fijamente. Está esperando a que diga algo, sus ojos están llenos de expectación y resentemiento. Se nota que de veras piensa que ha hecho las cosas mal y de veras quiere arreglarlo. Mis preocupaciones de no hace más de tres minutos desaparecen y dejan paso a una agradable sensación cálida que invade mi cuerpo.
–Me ha sentado fatal que te fueras con Rich—murmuro.
–Lo sé, y por eso me siento tan mal. Era consciente de que te enfadarías, y aún así le he llamado. Lo siento, Derek. Tendría que haberme ido contigo—se rasca el brazo, como si estuviera incómoda o no supiera qué hacer. Supongo que no está acostumbrada a pedir disculpas. Suspiro.
–Al menos te has dado cuenta—le digo, y ella esboza una sonrisa.
–Emma y Will han hablado—me explica, aunque yo ya lo sé porque Will me ha enviado varios mensajes—, y lo han solucionado.
–Mira, no siempre tenemos que estar de acuerdo—intervengo—. Tú estabas de parte de Emma y yo de Will, ¿y qué? No es motivo para discutir; nosotros nunca estaremos en esa situación. Olvidémoslo—le propongo, y empiezo a rascarme la nuca esperando su reacción.
Lo que no me esperaba es que se echase a mis brazos como está haciendo. De repente vuelvo a oler su fragancia a violetas, y noto su cuerpo encajar a la perfección con el mío. Tardo un poco en devolverle el abrazo, pero finalmente la envuelvo y la atraigo a mi torso. La oigo suspirar de alivio y a continuación me besa la mandíbula.
–Quiero estar bien contigo—susurra. No puedo evitar sonreír contra su pelo.
–Te quiero—le digo. Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que se lo dije.
–Y yo a ti, Derek.
–Por favor, nunca me engañes con Rich—le ruego. Ella se separa de mí y me mira con los ojos entornados. Se me escapa la risa.
–¡Serás idiota! Eres totalmente consciente de que yo nunca haría eso—me da un suave golpe en el hombro y yo me río. Sí, sé que jamás me engañaría con Rich ni con nadie, y que lo diga en voz alta me vuelve loco.
–Lo sé—convengo, y la rodeo por la cintura. Ella rueda los ojos en broma.
–¿Ahora podemos hablar de lo sexy y atractivo que estás recién salido de la ducha?—dice resiguiendo mis músculos con la yema del dedo. Mi sonrisa se ensancha.
Me inclino y la beso meintras acaricio sus curvas, que se adaptan a la perfección a mis manos. Noto cómo sonríe contra mis labios, y los latidos de su corazón se aceleran a la vez que los míos. No entiendo cómo me puede seguir poniendo nervioso verla y besarla, debería estar más que acostumbrado. Sin embargo, aquí estoy: con las pulsaciones por los cielos y la mente en blanco. Lo que hace el amor, supongo.
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Blanco y Negro
Romance"He tenido la maldita suerte de ganar el sorteo para hacer un intercambio con un instituto privado de Estados Unidos. A pesar de mis constantes quejas, mi madre me ha obligado a irme a vivir allí un curso entero. ¡Un curso entero! Ocho largos meses...