Durazno

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Derek

No entiendo nada. Deben de haber pasado diez minutos desde que Jade se ha ido de la habitación dejándome completamente a cuadros. Sigo tumbado en la cama, preguntándome qué acaba de pasar y si vale la pena investigarlo.
"Tu amigo es idiota"... ¿a qué demonios viene eso? ¿Se refiere a Will? ¿Qué ha hecho para que Jade diga eso? Como ya estoy despierto y sé que mi mente no va a dejarlo estar, me desperezo y alcanzo el móvil de la mesilla. Me dispongo a enviarle un mensaje a mi novia, pero antes de que lo haga me llega uno de Will:

Will: "Tío, la he cagado. Necesito hablar contigo".

Y ahí es cuando todo cobra sentido.

Me supongo que Will la ha cagado con Emma, y esta se lo ha dicho a Jade. Ahora que mi mente ya está un poco más tranquila, le pido a mi amigo que me envíe la dirección de su apartamento y le digo que ahora mismo voy.

Veinte minutos más tarde, estoy frente a la puerta del dúplex de Will, a menos de cien metros de la UCLA. Está claro que la fortuna de su familia le ha ayudado a adquirir este apatamento, esta zona no es barata y menos aún un dúplex en el último piso del edificio.

–Joder, Derek, menos mal que has venido rápido—me dice Will nada más abrirme la puerta. Advierto que tiene los ojos rojos y unas notables ojeras—. Estoy que me subo por las paredes.

–¿Qué ha pasado?—inquiero mientras me adentro en su piso.

No tengo el tiempo que me gustaría para analizar su apartamento. Es grande, luminoso, moderno y hay porquería allá donde se mire. Supongo que en la vida universitaria no hay tiempo para limpiar y ordenar, aunque, claro, se trata de Will; no está acostumbrado a ocuparse de esas cosas.

–La he cagado muchísimo—se lamenta mientras camina hacia la nevera. Saca dos cervezas y me da una—. Estoy desesperado, Derek. Emma no me coge el teléfono, y la he llamado más de veinte veces.

Casi me atraganto con la cerveza. ¿¡Veinte veces!? Hay que estar loco. Hago como que llamar veinte veces a una persona es algo normal y asiento para que prosiga.

–Ayer... Ayer estábamos en una fiesta, y... Joder, tío; estábamos con mis amigos cuando ella se levantó a por más alcohol, y mientras estaba en la cocina, Paula...

–¿Quién es Paula?—le interrumpo. Bajo la botella para dipositarla en la barra, pero hay tantos papeles, latas y plásticos que tengo que hacer un hueco para dejarla.

–Una chica que está loca por mí—dice, y yo arqueo una ceja—. Sí, siempre está a mi alrededor pero yo nunca le hago caso, tío, en serio. Yo solo tengo ojos para Emma, pero ayer Paula me dijo que la había visto en la cocina enrollarse con otro tío.

–¿¡Qué!?—por lo poco que conozco a Emma, me parece imposible que le ponga los cuernos a Will.

–Se lo inventó, Derek—suspira pasándose las manos por el pelo—. Se lo inventó y me lo creí. Cuando vi salir a Emma de la cocina, no pensaba con claridad y me enrollé con la primera chica que vi.

–Paula—deduzco, y él asiente—. Joder.

–Ya..., estoy hecho una mierda. Emma me llamó de todo y salió corriendo de esa estúpida fiesta.

–Son implusos, Will, reaccionaste como cualqueria hubiese hecho—intento animarlo, pero no estoy seguro de conseguir lo que quiero.

–Me he pasado toda la noche intentando hablar con ella; tiene que saber que pensaba que se había liado con otro.

–Creo que Jade está con Emma, puedo llamarla y decírselo, si quieres—le ofrezco, y desde que he entrado en su apartamento veo esperanza en sus ojos azules.

–No sabes cuánto te lo agradecería—sonríe, y yo le devuelvo el gesto.

–No hay problema, tío.

Saco el teléfono de mis vaqueros y bajo la atenta mirada de Will marco el número de Jade. No tengo claro cómo voy a decirle lo que me acaba de revelar mi amigo, pero espero que se lo diga a Emma y puedan arreglarlo. Nunca había visto a mi amigo tan colgado de una chica, estos dos no pueden romper así como así. Jade contesta al segundo tono.

–Derek, ahora no puedo hab...

–No, no, es importante—la interrumpo.

–Mira, estoy con Emma y ahora no es el mejor momento, ¿vale?

–Will se enrolló con Paula porque pensaba que Emma se había besado con otro—se lo explico con prisas y a trompicones, pero mi novia parece captarlo todo.

–¿Qué? ¿¡Y se puede saber por qué Will pensaba eso!?—gruñe. Mierda, esta no es la reacción que esperaba.

–Porque Paula se lo dijo.

–¿Y Will creyó a esa imbécil?, ¿tan poco confía en Emma? ¿Y él para compensarlo se lió con esa zorra?—Jade me ametralla a preguntas que no soy capaz de responder—. Esto es increíble—bufa. No entiendo por qué está tan enfadada. Sí, es su amiga, pero no su problema.

–Oye, Will se lo creyó, ¿vale? No tuvo tiempo de procesarlo bien, y los celos le jugaron una mala pasada—defiendo a mi amigo—. Ahora se arrepiente muchísimo, y se muere por hablar con Emma. Está desesperado.

–¡Me da igual que esté desesperado!—exclama demasiado enfadada—. Para empezar, tendría que haber dudado de esa tal Paula. ¡No puede fiarse de una desconocida! Y mucho menos puede enrollarse con ella para poner celosa a Emma—empiezo a notar que se me tensa el cuerpo, está claro que Jade es incapaz de ponerse en el lugar de mi amigo.

–Te estoy diciendo que no pensaba con claridad; fueron los celos—replico. Esto me está sacando de quicio.

–¡Y yo te estoy diciendo que le ha hecho un daño completamente innecesario a Emma! Debería haber pensado un poco antes de darse el lote con Paula—chilla—. No me puedo creer que estés de parte de Will—farfulla unos segundos después.

–Está claro que ahora tú tampoco puedes pensar con claridad—le suelto.

–Vete a la mierda, Derek—me espeta con frialdad, y a continuación cuelga.

Me quedo con el móvil en la oreja unos segundos, repasando mentalmente los últimos dos minutos. No me puedo creer que Jade haya sido tan poco empática con Will, ¿es que no ve que fueron los celos los que actuaron por él? El hecho de estar en la misma habitación que Emma le ha hecho ser imparcial. ¿Por qué no lo puede ver como yo? "Vete a la mierda"... Su tono de desprecio se repite una y otra vez en mi cabeza.

–Joder, lo siento—murmura Will cuando ve que me guardo el móvil en los tejanos—. Esto es culpa mía.

–Tranquilo, Will; no lo es—suspiro.

Nos pasamos el resto del día ahogando nuestras penas en botellas de cerveza.

Blanco y NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora