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Sherlock Holmes (BBC)

—¡Demonios Sherlock!- grito Watson al oír los jadeos y gemidos desde la habitación del detective, al entrar a la cocina,arrugó la cara y se sentó en su sillón habitual.

—Deberías de tocar antes de entrar- comento el detective saliendo de la habitación un rato después con su bata y su cabello empapado.—Digo, ya ni vives aquí.

— Lamento el espectáculo- comento  Mayra sonrojada con sus cabellos mojados por la ducha— Hola, John.

Watson respondió el saludo viéndole con sorpresa, el detective y ella llevaban seis meses en una extraña relación que no era relación de amor-odio.

Desde que  John se caso con Mary, Mayra rento  y se mudó a la habitación del departamento 221B de Baker Street, al principio el detective se mostró reacio a la presencia de la pintora, pero tras meses de tolerancia se dejó llevar por su deseo carnal y ella acepto el trato, incluso llegaron a hacer un contrato sobre ello, con una sola regla.

—Me tengo que ir- comento la chica sacudiendo su corto cabello con ambas manos, se colocó su gabardina y guantes, tomo su maleta donde tenía sus materiales.

—No olvides la bufanda- comento Sherlock desde la cocina sin voltear a verla, ella sonrió y se metió a la habitación por lo anteriormente dicho.

—Llevare la tuya, no tocaré la mía en un largo tiempo- río coqueta haciendo que Holmes soltara una carcajada al chiste que solo ellos sabían.

—Nos vemos john.— se despidió y al querer salir, el detective tomo su muñeca deteniendo su camino.—¿Que pasa Sherlock?

—No te has despedido de mi- susurro acercándose a sus labios ella sonrió y beso su pómulo derecho con lentitud.

—Hasta la noche, Holmes.- susurro partiendo de ahí.

Watson miraba todo muy sorprendido, sherlock volvió a su porte rígido pero con media sonrisa pintada en sus labios.

—¿Que?- pregunto al ver a su mejor amigo con la boca abierta.

—Tu y ella...

—Ya lo sabías john.-se sentó en su sillón con la tasa de te en sus manos—Es normal todo esto.

—Para otras personas, me sorprende de ti. No pensé que tendrías sentimientos.

—y no los tengo.- negó dando un sorbo a su bebida—Lo mío con Mayra es solo Carnal.

— Pero...

—Sin peros, tenemos un contrato ambos lo firmamos.- dejo la taza y vio los papeles que su hermano le dejo esa mañana.

🌸🌸🌸🌸🌸

Cuando Sherlock llego esa noche a casa, se encontró a Mayra frente a la ventana con los brazos tras su espalda, sonrió para si mismo y se quitó la gabardina dejándola colgada en su sitio habitual.

Se acercó a ella con cautela y rodeo su cuerpo con ambos brazos, beso su cuello oliendo el aroma a manzanilla  del shampoo y el perfume de frambuesa, su corazón de aceleró sintiéndose extraño.

—Hola- susurro en su oido, ella suspiró en respuesta, le dio la vuelta viéndole a los ojos esperando ver sus orbes miel pero la encontró con sus párpados cerrados.—¿Que pasa?

—Tengo que hablar contigo- murmuro sería abriendo sus ojos, el detective se tenso pero no lo demostró se dejó guiar por la chica hacia el sillón sin soltar la mano que ella tomó.

— Se que llevamos mucho tiempo haciendo esto-Mayra jugaba con la mano de Sherlock acariciando sus dedos con delicadeza— Y sé que en el contrato había una sola regla- suspiro viendo el suelo soltando, el detective no quería que dejara de tocarle.— Quiero saber si tú  la rompiste, alguna vez.

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