Lo más difícil, no era el tener que ver al hombre que me hirió fuertemente ante su abandono, si no lo que en verdad me dolió fue ver a los pequeños que cuidaba llorar por qué me iba a ir unos días.
Era tan fuerte el dolor y el trauma de haber visto a sus padres desaparecer que los pequeños llegaron al grado de no querer soltarme ni dejarme ir.
Casi me ponía a llorar con ellos en ese momento y de no ser por Steve o mis compañeras, no hubiera querido salir de casa.
Actualmente jugaba con mis manos mientras veía el paisaje pasar rápidamente a mi lado, era un largo camino al lugar donde Thor vivía, me acompañaba Rocket quién era una criatura que apesar de no ser nada común logro caerme bien.
Mientras tanto Bruce, fusionado con Hulk aún me causaba escalofríos, era demasiado raro para mí.
— Que piensas decirle?— hablo Rocket a mi lado y suspire.
— No lo sé. Un hola tal vez?
— Cinco años sin verlo y le dirás solo un hola?— exclamó casi con burla.
— Que esperas que le diga?
— Rocket calla, probablemente ni siquiera necesitemos que ella baje del auto, quizá el solo acepte.— hablo Bruce y en verdad deseaba que eso fuera así.
Cuando llegamos al pueblo, los tres bajamos y nos encontramos con una chica demasiado ruda moviendo unos sacos, ella al verme alzó una ceja más no me deje intimidar.
— Quién es ella?
— Amelia Ghak,— me presenté estirando la mano ella la estrecho aún sin expresión en su rostro.—amiga...de thor.
— Vaya, así que esa eres tú.— me dio una mirada de cuerpo completo haciéndome sentir incómoda.— Tu nombre ya me causaba jaqueca, siempre balbucea cosas de ti.
— En serio?— pregunto confundida y ella asiente firme y voltea a ver a mis acompañantes.
— El no hablara con ustedes, pero con ella si.
— Por que lo dices?
— El cambio mucho. Apenas y sale de su casa.— sacudió sus manos.— Sígueme, ustedes no se alejen de aquí.
La chica me guío hasta una pequeña casa de madera que lucía sucia y desgastada, ella la apunto.
— Esta es, estaré en el muelle si necesitas algo.— asenti agradecida y suspire.
— bien, aquí vamos.
Empujé la puerta tras tocarla, y lo primero que escuché fueron disparos laser de un videojuego, luego risas, mi piel se erizo al reconocer la suya.
— Thor?— mi voz sonó alta, al momento en el que el juego se ponía en pausa.
— Ahora no quiero ver a nadie.
El olor a suciedad, alcohol y humedad me hizo arrugar la nariz, y entre más me adentraba en el lugar, el olor era más fuerte.
— Solo quiero hablar. Soy Amelia.
Entre la sombra vi algo moverse y me detuve, no tenía miedo, ni siquiera nervios el único sentimiento que sentía en ese momento era la preocupación.
— ¿Amelia?
En cuanto el salió a la luz, mi respiración de corto, el Thor que yo había conocido años atrás ya no se encontraba ahí.
Su cuerpo lucia descuidado al igual que si imagen, pero lo que rompió mi corazón fueron su mirada, lucía triste, rota y acabada.
El estaba roto por dentro.
