Sam y Dean desayunaban tranquilamente en el restaurante del pueblo, el menor de los hermanos leía un montón de papeles mientras el mayor, simplemente se enfocaba en no dejar nada en el plato de panqueques.
- Agradecería que no comieras como si nunca lo hubieras hecho.- hablo sam al ver que Dean devoraba su desayuno.
- Y yo agradecería que comieras comida normal, no de conejo.- contraatacó haciendo que su hermano rodará los ojos.
Pronto la puerta del restaurante haciendo sonar la campanilla, Sam alzó la vista y vio incrédulo lo que sus ojos veian.
Su amigo, Castiel. Entraba al lugar con sangre en su gabardina color crema, este al verlos se sentó junto a ellos de forma apresurada ignorando a la gente que le veía asustada.
- Chicos, necesito su ayuda.- hablo casi desesperado.
Sam le dio una mirada rápida a Dean y este, dejo sus panqueques de lado para enfocarse en el ángel.
- Que sucede, Cas?
- De quién es la sangre?
El ángel, vio las manchas de su ropa y haciendo una mueca se quitó la gabardina y la envolvió entre sus manos.
- Eso no importa ahora, lo que si, es que necesito que me hagan un favor.
- Claro.- respondió Sam de inmediato, pero Dean hizo una mueca viendo el desayuno a medio terminar.
- Bien.- bufó ante la mirada matadora de Sam.
El ángel soltó un suspiro y sin verles a los ojos, poso su mirada en la mesa.
- Yo hice algo horrible, antes de conocerlos a ustedes.-Dean iba a hablar cuando Sam le lanzó una mala mirada.
- Que puede ser tan horrible.
Los ojos azules del ángel, se posaron en el mayor de los Winchester.
- Es algo que podría llevarme a una muerte segura.
- Que es?
Castiel volvió a suspirar
- Antes de conocerles, Yo era el cuidador de una joven universitaria, le cuide desde que nació por que ese era mi trabajo. Hasta que la abandoné.- los ojos del ángel destellaban dolor puro y arrepentimiento.- la dejé a su suerte, tenía la esperanza de que otro de mis hermanos tomará mi lugar...Pero no fue así. Ella fue desamparada, dejada de lado, sin ningún guardián que velará por ella, durante todos estos años. Ella está destruida, y hablé con ella, quería ayudarla pero el problema con Amara comenzó... La dejé de nuevo, pero esta vez fue peor.
- Murió?
Cas, negó con su mente metida en la escena en la que la encontro.
- Le pusieron una maldición, y al no estar protegida por ningún ángel, la maldición está matando la poco a poco.
- No es tu culpa...
- si, si lo es.- hablo cada vez más frustrado. - Ella sufrió todos estos años que ya ni la reconozco.
- Y en que quieres que te ayudemos?
- Necesito que la vigilen por mi, yo iré en busca de información para revocar la maldición. Es lo único que puedo hacer...Esta en el hospital a dos cuadras de aquí.
- Y la sangre? Tenemos que sacar una excusa para estar ahí.
- La encontré en un callejón inconsiente.- respondió simplemente para después salir de ahí.
☘☘☘☘☘☘☘☘☘
- No sabía que la existencia de los Ángeles en la vida humana era tan importante.- comento Sam mientras caminaban a recepción.