- Sam,¿haz visto a tu hermano?- pregunto al verle en la biblioteca, levantó la cabeza de su libro y negó.-Demonios.
-¿Que pasa?- se levantó al notar que llevaba una manta en sus hombros y sus labios yacían morados. toco su frente.-Estas hirviendo.
-Lose, Dean tenía mis pastillas, no creo poder aguantar más.¿podrías llevarme al hospital?- pregunto débilmente, sintiéndose realmente mal.-No he dejado de vomitar y no he comido nada en dos días.
-¿Por que no me habías dicho nada?- pregunto ayudandole a subir las escaleras.
-Esperaba curarme sola, o morirme. Cualquiera de las dos cosas, la que pase primero- bromeó para después toser.
-No juegues con eso- regaño tomándola en brazos al ver que ya no podía caminar.- Pudimos haber evitado esto si no fueras tan terca.
-Regañame cuando no este muriendo, ¿si? Gracias.- su voz sonó ronca y adolorida, y el la apego a su pecho. Volteó a ver a su hermano que iba saliendo de la cocina con una cerveza en mano.
-Dean, llevaré a Enya al hospital
-¿ La enfermedad pudo contigo eh?- se burló desde abajo de las escaleras viendo lo pálida que se encontraba entre los brazos de su hermano.
-Tambien sabías?
-¡Ella me prohibió decírtelo!- dejo su botella en una mesilla y se acercó a ellos,-Yo los llevaré.
- No.- murmuro ella volteando a ver a Sam que le vio con preocupación.- Tiene que cuidar de Rafiqui.
Dean al oírle rodó sus ojos. Llegando a su lado.
-Sabe cuidarse solo, es un perro del infierno!
-¡Es solo un cachorro! Dean por favor.
-Me odia!
-¡No lo dejaré solo!- se removió en los brazos de sam, pero el no la soltó.- Sueltame no dejaré solo a mi bebé.
- Estás muy mal, no puedes quedarte- volteó a ver a su hermano-Cuida del perro.
-Rafiqui.- corrigió dejándose de mover y tomando el cuello de Sam ante una punzada en su vientre.
-Bien, lo cuídare- asintió con un suspiro, se acercó a la chica y tomo su mano- Deja que los doctores te inyecten si es necesario.
-Yo me encargare- asintió Sammy.
-Avisenme cualquier cosa.- Sam asintió y salió del búnker con las llaves del impala.
Dean bajo las escaleras encontrando al perro negro de tamaño mediano, y ojos rojos, Se colocó frente a él y le escucho gruñir.
- Volverá.- aviso haciendo que el perro alzará las orejas- Solo está enferma.
El perro pareció entender ya que se alejó de el, y se sentó frente a las escaleras como si le esperaba.
Dean miraba al animal mientras bebía de su cerveza, tratando de entender cómo era posible que una dulce chica como Enya tenía de mascota a un perro del infierno. Llevaba dos años viviendo con ellos y aún no sabía el como pudo domesticar a esa bestia.
-¿Como aceptaste el nombre de Rafiqui?- pregunto sabiendo que no respondería, el perro volteó a verle.-No me mires así, tenemos que querernos, Sammy y tú Enya están en una relación muy seria a lo que veo.
Rafiqui movió su cola y Dean sonrió levemente.-Tomare eso como un si. Bien, iré a ver la televisión.
Camino hacia su habitación dejando al animal en el inicio de las escaleras.