Iba saliendo de la enfermería completamente exhausta, había sido un día ajetreado, una especie de brote de viruela había empezado en dos personas ese día, y mientras determinabamos que no era grave, me mantuve cuidando de los enfermos que se quedaron en cama.
Camine arrastrando los pies por las calles de una Alexandria oscura, solo quería comer y finalmente dormir por horas.
— Tiana.!
Volteo encontrando entre las sombras la figura de Rick caminando hasta mi, sonreí al tenerlo cerca.
— Hola, Rick.
— Me enteré de lo que pasó, estás bien?
— Solo estoy cansada y hambrienta— confesé.— Pero estoy aliviada de que no haya lo que pensamos.
Ambos reímos, habían incluso teorías de que probablemente sería sarna lo que habían contraído.
— Hice pasta el día de hoy.— hablo Rick después de un rato.— No sé si quisieras ir a mi casa a cenar.
Me detuve para verle mejor.
— Oh, Rick no puedo aceptarlo, no quiero molestar con tu familia.
— No seas modesta, anda ven
.Tome un suspiro, viendo en dirección al camino que me llevaría a casa con Ian y Emmett.
— Rick..
— Tengo algo de vino también.
Solté una risa incrédula, y el sonrio, pronto me encontraba siguiéndolo.
— Que vaya contigo no quiere decir que sea una alcohólica.
El río abiertamente— Nunca lo creería.
La pasamos riendo solo los dos, era muy noche y sus hijos dormían tranquilamente en sus habitaciones, ya llevábamos casi un año en ese lugar y había conocido a sus pequeños, al igual que el a Emmett, y me duele admitir que Emmett y Carl no se soportan en lo absoluto.
— Crees que algún día acabe todo esto?— pregunté después de un momento en silencio, estábamos en el porche sentados en el suelo de madera con un par de copas de vino y la botella casi vacía, no era que nos habíamos tomado toda, si no que quedaba solo la mitad y cuando menos pensamos ya estaba casi acabada.
— Ya no se que creer.— respondió sincero sirviéndose las últimas gotas.
Recargue mi cabeza en el barandal de madera y suspire.
— Yo tengo la esperanza de que esto se acabe, quizá no cuando siga viva, me refiero a que cuando Emmett tenga mi edad todo esté como antes.
— Me temo que nada volver a ser como antes. Esto cambio a las personas, yo cometí cosas que nunca pensé que haría y se que si de un día para otro todo volviera como antes, no sabría cómo continúar.
— Yo se que bien, eres Rick Grimmes.— pose mi mano en su rodilla.— Te adaptas a todo.
— Ya no soy ese hombre, Tiana. — respondió colocando su mano sobre la mía.— Soy lo más parecido a un monstruo.
— Si, lo he visto.— el me soltó y me apresure a tomar su mano de nuevo obligandolo a verme.— Pero eres un hombre mejor, uno que hace todo lo posible por su familia, por su gente. Acaso un monstruo haría eso? No. Eso lo hacen solo los héroes, y tú amigo mío, eres uno de esos.
El se quedó en silencio unos minutos.
— Te extrañe. Esto— nos apuntó.— Lo extrañe como no tienes una idea.
Al ver a dónde iba el rumbo de la conversación solté su mano.
— Rick.
— Cuando te fuiste, yo estuve mal. Llegué a odiarme al no haberte elegido en ese entonces.
— Es entendible ibas a tener un hijo, hiciste bien. De no ser por eso, jamás hubiera conocido al padre de Emmett, y de solo imaginar una vida sin mi pequeño...
— Lose, pienso lo mismo
Nos quedamos en silencio unos segundos.
— Ambos cometimos errores que nos hicieron felices al final.— reí.
— Eso creo.
Nos vimos unos instantes, solo cruzando miradas y acercándonos inconscientemente, cuando menos lo pensé me encontraba siendo besada por Rick, quise pensar que era la culpa del alcohol, pero no era así, era mi propia decisión aquello, y¡ mierda!, me merecía ser feliz después de todo.
— Rick...— Jadee al separarme pero el simplemente volvió a pegar sus labios a los míos.— Esto, esto quiere decir que...
El se separó de mi y sonrió de lado pegando su frente a la mía.
— Nunca deje de amarte.
— Que dirán nuestros hijos de esto?
— Más les vale que algo bonito, por qué me niego a dejarte ir de nuevo.
Reí abiertamente para besarle otra vez, quizá la vida si da segundas oportunidades.
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NO COPIAS NI ADAPTACIONES
MAJO