Peter pevensie (5)

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La joven camino dentro de la cueva lentamente, veía el destello a lo lejos, y apesar de tener miedo al estar sola en un lugar así, la curiosidad la mataba por saber que era aquello.

Sus pasos resonaron en la tierra, y ante un ruido sordo, volteo encontrando que la entrada de la cueva ya no estaba.

Preocupada, trato de volver pero una voz suave y delicada la detuvo.

— Entra, no pasa nada.

Liliana busco la voz mientras paseaba inconscientemente a lo más profundo de la cueva.

— No recibo muchas visitas.—la voz insistió, se escucha como si aquella pe dona o criatura estuviers ahí frente a ella.— Pero si eres bellísima!

Fue entonces cuando los ojos de la joven vieron a la fuente de la voz.

Un enorme tempano de hielo, estaba frente a ella con la imagen de una mujer blanca y ojos oscuros como el carbón, Liliana retrocedió sorprendida.

— Que eres?

Su voz fue un susurro tembloroso, apesar de que hacía mucho frío en la cueva, su temblor vocal no era por el clima, era por el miedo a los ojos de la mujer de hielo.

Eran como dos pozos donde no había salida, no había ninguna emoción.

— Era alguien muy importante, la reina más bella de narnia. — la bruja veía con atención a la chica.

— Nunca oí de ti.

— Me quitaron mi corona injustamente.

Liliana al oírle, se sintió pronto identificada con ella, su padre también le había quitado el título por defender a los narnianos. La bruja sonrió al ver qué había dado en el clavo.

— Siempre pensé que sería una buena reina, pero tal parece que hay gente que no lo entiende.

— Subestiman.

Yadis sonrió victoriosa.

— Nos subestimaron. No es así?— Liliana asintió.— Me desterraron de mi hogar, de mi familia. Me dejaron sola, aquí.

— Es horrible.— Lili sonrió pena por la mujer, y se acercó lentamente.

— Si, es horrible. Estoy atrapada para siempre en este lugar.

— Nadie merece ser tratado así.— negó Liliana, ajena al pasado de la bruja.— Puedo ayudarte?

— Se dice que una gota de sangre podría sacarme de aquí.

— Mi sangre?

— Si. Eras una reina, no es así?— se pego lo más posible a ella, todo lo que el grosor del hielo la dejo.— Se ve en tus ojos.

— Nunca lo fui.

— Pero podrías serlo. Si me sacas de aquí, prometo devolverte tu reino, tu corona y todo lo que más deseas.

Liliana miro la daga que tenía en sus manos.

— Todo?

Yadis asintió ansiosamente.

— Todo lo que me digas.

— si deseo la muerte,¿Podrías darmela?

— Por que querrías morir? — la bruja pareció intrigada.

— No tengo nada por lo que luchar ahora.— se sinceró por primera vez en mucho tiempo.— Estoy sola en este mundo.

La reina le miro en silencio y tras pensarlo, asintió

— Te daré la muerte misma.— prometió.— Ahora sácame de aquí.

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