Sebastián stan

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-¡Turn around
Look at what you see
In her face
The mirror of your dreams!

Sebastian gruño al oír la voz de su novia, desde el baño, Annie llevaba una semana entera cantando esa canción desde que había visto la serie de Stranger things y él estaba más que harto.

Cubrió su rostro con la almohada y se envolvió en las sábanas, no queriendo escuchar más.

Pero Annie no estaba dispuesta a dejar de cantar, cuando salió del baño con su uniforme de trabajo y cabello húmedo, se acostó al lado de su novio burlona, sabía que le molestaba.

-Make believe I'm everywhere
Given in the light
Written on the pages
Is the answer to a never ending story!
Ahhhh!- Canto cerca de su rostro haciendo que Sebastián gruñera, ella río. - Canta conmigo, mi amor.

-¿No se te hace tarde?- pregunto con la voz amortiguada bajo las sábanas.

- Nop, yo sí me levanto temprano.- se burló levantándose y yendo a cepillar su cabello,mientras tarareaba lo demás de la canción puesto que no se sabía el resto de la letra

La mañana transcurrio de esa manera, Annie tarareando y Stan durmiendo, cuando era momento de irse al trabajo subió a la habitación y beso la mejilla de su marido.

- Volveré en la noche.- susurro y el solo gruño, ella rio.- También te quiero cariño.

Annie subió a su auto y se dirigió al museo donde trabajaba, ella daba el recorrido por todo el lugar para los turistas.

Saludo a sus compañeros que le sonrieron al verla, se dirigió a dejar sus cosas a su casillero.

- ¿Supiste que el elenco de Stranger things vendrá?

El aliento de Annie se cortó y volteo a ver a su amigo incredula, cerró el casillero.

- No juegues.

- Nunca jugaría con algo así.- Adam alzó ambas manos con inocencia, el sabía del fanatismo que Annie tenía con aquella serie, y el también era parte de ello.

- ¿Cuando y dónde?- casi chillo.

- Aún no se sabe, pero prometo averiguarlo solo por ti.- Annie sonrió entusiasmada y le abrazo con fuerza, era la mejor noticia que le habían dado.

- Gracias, gracias, gracias.- repitió una y otra vez y Adam reía al verla tan contenta.

El día pasó rápido, Annie estaba sentada sobando su tobillo debido a que un pequeño había pateado una figura del museo, y Annie por tratar de evitar que se cayera, metió el pie en el camino de aquello sin saber que aquella figura era de yeso lastimandose en el proceso.

- Tuve que discutir con la madre de ese engendro.- comento su jefa al llegar con ella.- Los paramédicos llegarán en cualquier momento.

- Bien. - Asintió con una mueca.- Lamento no haber evitado que se quebrara.

- Oh, no te preocupes. La madre del monstruo pagará por la reparación y los gastos médicos.

Dos hombres entraron con ropas de paramédico y grandes maletas, se acercaron a la chica que dejo que la revisaran.

- Esto me quita las ganas de querer tener un bebé.- jadeo cuando uno de ellos movió su tobillo.- ¡Auch!

- Lo siento.- hablo el hombre.- Tengo que ver si no tienes fractura.

- ¿Del uno al diez cuanto duele?- pregunto el otro.

- ¿Tiene que ser el límite de 10? Por que yo diría un quince. - Gruño.

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