Desperté abruptamente con la respiración agitada, voltee a todos lados encontrándome en un lugar desconocido para mi, note que estaba conectada a unas máquinas, y al tratar de quitarlas algo tomo mis manos y me detuvo.
Un hombre enorme, pálido y alto me sostenía las manos, su tacto helado me hizo estremecer y quite mis manos de las suyas de inmediato.
- ¿Que estoy haciendo aquí? ¿Donde estoy? ¿donde están mis amigos? - Lance las preguntas rápidamente sin dejarle hablar, el pobre hombre no pudo abrir su boca cuando otro con bata de doctor entro al cuarto.
- Katrina, me alegra que hayas despertado.- sonrió acercándose a un monitor.- Como te sientes?
Su tranquilidad me alteró demasiado, me removi inquieta en la camilla.
-¿ Donde están mis amigos?
Las imágenes borrosas de ellos comenzó a invadir mi mente.
Un viaje a Italia, a un lugar llamado Vol...algo.
Un palacio, gente en túnica y luego gritos...
Cubrí mi boca al tenerlo todo claro, y solté un sollozo involuntario.
El doctor Cullen dijo algo, mas no le preste atención, mi mente seguía en los recuerdos amargos donde mis amigos fueron arrastrados hacia el interior de aquel lugar entre gritos.
- Lo Lamento.
Di un brinco sobresaltada y voltee a ver al hombre alto y blanco como el papel. Este tenía en su rostro una mueca. Supongo que de pena.
No respondí simplemente me abrace a mi misma, y cerré mis ojos, sentía su presencia fría a mi lado.
Pronto abrí mis ojos y note que era de noche, me había dormido un amargo rato, me estire un poco y voltee al notar que el mismo chico que vi cuando desperté seguía ahi, jugando a algo en su celular.
- Por que estás aquí?- pregunté con voz rasposa.
- Oh, yo...- carraspeo.- Yo quería asegurarme de que estuvieras bien.
Frote mi rostro y voltee a verle irónica, sentía muchas emociones en mi cuerpo en ese instante, tristeza, ira, desolación...
- ¡No estoy bien! ¡Jamás estaré bien! ¡Esas cosas mataron a mis amigos! Y...
Me detuve al recordar el rostro de aquellos seres, y con miedo voltee a verlo a él.
Su piel era igual de blanca, y fría como la de ellos.
Observe sus ojos, notando estos de un color nada natural, mi mente estaba bloqueada y no me había dejado ver que....
El era uno de ellos.
Mis labios temblaron y mi respiración se cortó, el se acercó a mí y retrocedí con terror.
- ¿Katrina?
- ¡Aléjate de mi!- grite al ver que trataba de alcanzarme, cai de la camilla más no deje de arrastrarme.- No te me acerques.
De pronto comencé a recordar las escenas sangrientas en las que estuve presente.
Mi mejor amiga siendo asesinada frente a mis ojos, su novio, mis otros amigos.
El olor a fierro y muerte apareció a mi nariz y pronto tuve muchas ganas de vomitar.
Y lo hice en la papelera que había al lado.
- Tranquila, respira.- hablo el hombre rubio tendiendome una toalla, no quise ver sus ojos, no tenía el valor, mi cuerpo temblaba en descontrol.- No te haremos daño, no somos como ellos.