Había pasado ya un año desde que los hermanos habían salido de Narnia, tardaron en volver a acostumbrarse, inclusive pensaron que había sido solo un sueño a excepción del mayor de los pevensie que se negaba a olvidar lo que vivio en ese lugar, se negaba olvidarla, todas las noches soñaba con ella, y la mayoría de esos sueños el trataba de disculparse con ella, pero Liliana ni siquiera lo volteaba a ver.
La culpa comenzó a carcomerlo y con el dolor en su pecho le rogó a Aslan volver a verla tan siquiera una vez, ver cómo estaba, y poder besarla una última vez.
La imagen de Lili la última vez que le vio seguía en su mente, fresca y sublime.
Peter pevensie era un desastre total, y sus hermanos por más que trataron de ayudarlo no lo lograron, el había cambiado por completo siendo un chico problemas en su escuela, llegaba a casa con hematomas y su hermano más de una vez intervino en salvarlo de heridas más graves.
En la actualidad, Peter esquivaba varios golpes de sus contrincantes, sus hermanas veían la escena cansadas, era la tercera vez en ese día en el que Peter se peleaba, Edmund cuando llegó rodó sus ojos al verlo, se quitó su mochila y dándosela a sus hermanas se metió a pelear para defender a Peter.
— Si Lili se diera cuenta de lo que Peter había estado haciendo.— comento Susan viendo a sus hermanos.— Golpearia a Peter de nuevo.
Lucy río junto con ella y asíntio de acuerdo, ambas la extrañaban habían sido buenas amigas, inclusive Iban a llevar a la cola del vestido el día de su boda. si ellas estaban devastadas al no poder asistir no podían imaginarse la tristeza que Liliana sentía, habían desaparecido justo el día de su boda y parecía que no habían indicios de volver.
Cuando volvieron en si, Peter y Edmund corrían hacia ellas debido a que varios policías los perseguían, los hermanos corrieron sin descanso hasta perderlos en algún punto de la estación de tren.
Peter sangraba de su ceja y le gritaba a Edmund sin contenerse, el que se hubiera metido en su pelea le hacía molestar enormemente.
Susan cansada del tema y de los gritos intervino en su discusión.
— Peter ya basta! No lograrás nada con pelear o gritarle a Edmund, deberías dar gracias por qué te ayudo a no recibir una paliza más grave.
— Son mis problemas! No los suyos!
— El problema es de los cuatro.— hablo de nuevo Susan— Todos queríamos quedarnos en Narnia, todos queríamos a Lili y a Esteban, créeme no hay día en el que el recuerdo de nuestro último día allá no nos atormente. Pero Peter el destruirte entre peleas, y gritos no nos hará volver.
Pronto un fuerte viento comenzo a rodearlos, moviendo bruscamente sus cabellos y ropas, Peter y Lucy compartieron una mirada que les hizo sonreír.
Sabían lo que era.
— Tomen sus manos.!
Los cuatro aferrados los unos a los otros vieron como un tren pasado frente a ellos rápidamente, y de pronto la pared que estaba al frente comenzó a desaparecer dejando ver un mar azul precioso que casi hace a Peter llorar.
Cuando el tren paso, los hermanos corrieron hacía el mar, tirando sus ropas y disfrutando de haber regresado a su hogar después de tanta espera, los problemas habían desaparecido justo en ese pequeño momento.
Hasta que...
— Chicos,¿ recuerdan ruinas en Narnia?
Los hermanos se detuvieron y vieron las ruinas de las que su hermana hablaba, no recordaban nada de eso.