Sam Winchester.
********************
Al oír la puerta del búnker abrirse y los pasos de sus botas pesadas por las escaleras de metal, me levanté de un salto causando la risa de su madre.--¡Haz llegado!- chille emocionada acercándome a el; que sonrió y tiro su bolso al suelo para después abrir sus brazos, pronto salte sobre el dándole un gran abrazo que nos hizo tambalear. Le oi reír y mi corazón salto de alegría,hacia semanas que no le oía reír de esa manera.-- ¿Como estás?
-- Mejor ahora que estoy contigo- murmuro en mi oído haciéndome sonrojar.-- Hola mamá.
Mary se levantó de la mesa y al acercarse a él, me aleje de sam para dejar que le abrazara pero él no soltó mi mano.
Extrañada no dije nada, y vi como la abrazaba con un solo brazo, sonreí.
--Ire a desempacar- mascullo tomando su maleta aún sin soltarme.-- Vamos.
Me jalo lejos de su madre llevándome al pasillo, hasta nuestra habitación.
En el camino nos encontramos a Jack y le saludé recibiendo una media sonrisa como respuesta.
Amaba a ese muchacho.
Camine detrás de Sam que parecía ir muy apurado.
--¿Que pasa?- pregunte en cuanto entramos a la habitación, el dejo su maleta y volteó a verme con sus ojos rojos y cristalinos.-- ¿Sam?
De un momento a otro lo tenía entre mis brazos, aferrándose a mi cuerpo, con sus hombros sacudiendose por los sollozos que lanzaba. Asustada comenzé acariciar el cabello de su nuca, sintiéndome impotente al no saber que era lo que pasaba.
Logré hacer que se sentará en la orilla de la cama, el no soltó mi cintura. Tome su rostro con ambas manos y le hice mirarme.
Mi corazón de rompió por completo al ver lo roto que se encontraba, acaricie sus mejillas.
-- ¿Que sucedio?- mi voz sonó suave y tranquila, el hipeo un poco para después suspirar.--Tranquilo, tomate tu tiempo, cielo.
Mientras veía que trataba de calmarse acaricie sus mejillas y sien, sabía que eso le calmaba.
El y yo llevábamos dos años de casados, nos habíamos conocido en uno de los muchos casos de demonios que el y su familia llevan, yo pedí su ayuda cuando mi prima fue poseída por uno, pero tristemente fue demasiado tarde para poder ayudarla.
Aún recuerdo las veces en las que el trato de ayudarme a evitar aquel dolor, pues mi prima era lo único de familia que me quedaba.
Poco a poco, fuimos conociéndonos y tratandonos durante seis largo años, hasta que nos hicimos novios y casarnos en una boda pequeña en la que estuvimos solo Sam, Dean y yo.
Aún no pasaba todo lo de su madre. Y cuando todo se descontroló estuve ahí para ambos, Dean es el mejor cuñado del mundo y Sam el mejor esposo de todo el maldito universo.
-- Habia un niño- comenzó con voz ronca recargo su frente en mi vientre-- Un niño fue poseído por un demonio, no llegue a tiempo para salvarle, cuando musite el exorcismo el salió de su cuerpo.- su voz se corto- no sabía que lo habían atropellado justo antes de que aquel demonio lo poseyera. Murió frente a su madre, Leila. El solo tenía nueve años.
Lo abrace con fuerza sintiendo la tristeza que el emanaba y limpie las lágrimas que se me escapaban.
-- Cuando venía hacia aquí, el sheriff me comentó que la mujer se había suicidado- sentí sus manos hacer puño mi camisa-- De haberlo sabido hubiera...
Tome su rostro viendo en sus ojos la impotencia en primera plana.
-- No existe el hubiera sam.- susurré.-- No te culpes por esto, no lo sabías, eres humano cometes errores.
--¿Enserio crees que lo siga siendo.- susurró, viéndome con tristeza-- Miranos, vivimos en un maldito Búnker, bajo tierra como ratas. Soy fugitivo en otros estados y no puedo aspirar a más. Te tengo con pocas cosas siendo que tú mereces mucho más. Aún no entiendo cómo es que sigues conmigo.
Mordi mi labio y me senté en su regazo a horcajadas, el me me sostuvo de la cintura.
-- Estoy contigo por qué te amo mas que a mi vida.- bese su barbilla.-- Me sacaste de la oscuridad y me siento eternamente agradecida. Eres mi luz, amor. De no ser por ti estuviera a oscuras de nuevo. Y claro que eres humano.-- tome la mano con la que me sostenía y le sonreí.-- Cuidas de todos, hasta de Dean siendo que el dice que no es necesario, eres el ser humano más lindo y humilde que he conocido en toda mi vida.
Nunca dudes de mi amor por ti, por que cada que lo haces me preguntó si soy suficiente para ti, y ¡claro que lo soy!- golpee su pecho jugando y el sonrió.-- Te amo Samuel. Nunca lo dudes.El me vio durante un largo rato y se inclinó para besarme con dulzura justo como solo el sabía hacerlo, me deje llevar por el gesto y enrede mis dedos en su largo cabello, sentí que se ponía de pie y pronto mi espalda choco contra el colchón de la cama, nos separamos con la respiración agitada y el recargo su frente en la mía.
-- Te amo tanto, Leila.- murmuró besando mi frente.-- pero tanto que la palabra Te amo que no cubre lo que siento por ti.
Sonreí besando sus labios cortamente, el dejo caer su peso en mi cuerpo y dejé que recargara su cabeza en mi pecho justo en mi corazón.
Acaricie su cabello y espalda, sabiendo que pronto se dormiría.
Los latidos de mi corazón lo arrullaban, siempre que se encontraba mal.Había veces en la que peleábamos y a pesar de no hablarnos esto hacia siempre.
Era como un niño en el cuerpo de un adulto.
Estaba apunto de dormirme cuando sentí sus labios en mi cuello levemente, solo la presión en mi piel.
-- Gracias por aparecer en mi vida.- murmuro para despues volver a acomodarse y dormir un poco antes de que otro trabajo apareciera.
NO COPIAS NI ADAPTACIONES
MAJO$