A petición de alex25-2004
Voten y comenten.☘
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Hacían ya varios meses desde aquel encuentro, y desde entonces Alec no se había separado de mi en ningún momento, casi no hablábamos, solo lo necesario y eso parecía no molestarle en lo absoluto. Y cuando le comente sobre mi plan de irme a vivir a Alaska el me siguió sin pensarlo dos veces y eso me confundio pero no dije nada, estaba acostumbrandome a su rara forma de ser.El tema de que yo era su alma gemela solo se mencionó una vez, puesto que yo le mencioné que estaba enamorada de alguien más, y eso no le pareció para nada bien, simplemente hizo una mueca y mencionó que yo sería suya, me reí en su cara.
El no era nadie para decirme aquello.
En este momento me encontraba cargando mis cosas entre los grandes pinos del bosque de Alaska, estábamos a unos cuantos kilómetros del que sería mi nuevo hogar.
Bueno, nuestro, por que veo que Alec no planea irse.
— Sabes? Ya que no hablas y no me dejas en paz tendre que darte una habitación.- hablo llamando su atención, alza la vista de sus pies y sonríe levemente.
— ¿Por que no compartimos la misma? Somos pareja.- responde simple y directo sin mostrar deje de diversion en su mirada.
— Ya te dije que no lo somos.- ruedo mis ojos.— Y además, deberías de conquistarme o algo si en verdad quieres ser mi pareja.
— Pero ya lo somos.- su voz sonó confusa.
— Si, pero estoy hecha a la antigua, querido. No puedes llegar con una mujer y decirle que es suya por qué si, se empieza cortejandola, hablándole bonito.
— ¿Hablándole bonito?.
Reí volteandolo a ver notando su confusión.
— ¿Nunca hablaste con una chica?
— Solo con mi hermana.- su voz sería y fría me hizo detenerme y verle con confusión.
— ¿Tienes una hermana?
— Si.- asintió viendo uno de los árboles.— Se llamaba Jane.
Note su mirada perdida y su semblante de dolor bajo esa máscara inexpresiva lo delató, me acerque y tome su mano.
— Lo siento.- hablo en un murmullo.
El ve nuestras manos y sonríe un poco antes de apretar el agarre.
— Gracias.
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Los días pasaron y poco a poco comencé a conocerlo cada vez más, la etapa de no hablar quedó atrás y el era el que no dejaba de hablarme, éramos como dos amigos de acampada en una de las casa de Alaska.Hasta que un día íbamos caminando por el pueblo cuando un hombre del otro lado de la acera me silbó.Alec de inmediato saco sus colmillos y trato de acercarse pero le detuve tomando su brazo.
— Por favor, aquí no.- Rogue, el lugar me gustaba mucho. Y no tenía a dónde ir.
El suspiro y asintió, tomando mi cintura guiandome hasta casa, en silencio, cerré la puerta de la cabaña y escuché como hacia desastre en la sala con los muebles, lo deje estar un rato hasta que de un momento a otro lo tuve frente a mi con los ojos oscuros.
— Ya estoy cansado de esto.
Alce una ceja al no entender lo que decía.
— A que?
— A esto! Lo de nosotros!—nos apunto.— No puedo seguir ignorando el hecho de que tu no sientas lo mismo que yo.
— Que?