CAPITULO 7

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¡Mierda! El trafico esta horrible, llegue tarde a la prepa los pasillos se encontraban vacíos, llegue rápido a mi casillero deje unos libros ahi y me fuí casi corriendo a la primera clase, toque la puerta con la esperanza de que el profesor me dejará entrar,  el abrio la puerta y se me quedo viendo.

—Buenos días profesor ¿puedo entrar?.
—Jóven Bautista a llegado tarde.
—Lo siento, el tráfico es un caos.
—Estoy de acuerdo con usted en eso, puede pasar. —dije sediendole el paso.
—Gracias —dije y entre.
—Bien chicos guarden silencio. El jóven Bautista es su nuevo compañero no quiero que empiecen con sus malas bromas por favor. Bautista háganos el favor de presentarse.

—Buenos días, mi nombre es Mario Alberto Bautista Gil tengo 17 años y me encanta el deporte y la música...

—Ya viste Claudia, ese bombón. —le susurre.
—Esta guapísimo.
—Tengo que conquistarlo.
—Serías la envidia de todas, y más de la rarita.
—¿Porque de la rara?
—Nunca podra andar con alguien como él.
—Tienes razón. —volteé asi a tras y Madison veía fijamente a Mario—. Parece que ya se enamoro de él, lástima que no será para ella.

Tenia que ser una pesadilla, Mario estaba en frente de todo el grupo presentándose, no puede ser cierto, que dira de mí cuando sepa quien soy en realidad, creo que hoy no sera mi día.

Cuando estaba presentandome me pareció que la chica que estaba sentada hasta el rincón sola era Madison, talvez son alucinaciones mías pues me encontraba un poco nervioso, termine de presentarme y el profesor hablo.

—Muchas gracias por presentarte Mario, toma asiento con... —dije observando los asientos vacios—. La señorita Leiva por favor. Leiva si es tan amable de levantar su mano por favor para que su compañero la reconozca.
—Maldición porque conmigo —pense y alze la mano.

—Me dirigí hasta ella con una amplia sonrisa, al darme cuenta de que si era Madison—. Así que estudiaremos juntos.
—Eso creo —dije dandole una sonrisa.
—Te ves muy linda.
—Gracias. Pero intenta no dirigir palabra conmigo si no es necesario o te molestarán.
—¿De que hablas?
—Lo verás más adelante.

—Bien chicos, como les decía en un princípio, bienvenidos a este regreso a clases, como ya saben yo les seguire dando la clase de matemáticas y esta ves también estaré con ustedes en la materia de inglés que hoy nos toca a última hora por cierto. Bueno sin más rodeos empecemos con la clase saquen su cuaderno.
—Profesor. —dije levantando la mano.
—Si digame señorita Carolina.
—Puedo hacerle una sugerencia.
—Si claro.
—Bueno pues mi sugerencia es, que cambie a Mario Bautista de lugar o Madison le pegara lo raro. —y todos empezaron a reír.
—Carolina sigale de graciosita y le pondre reporte, el año pasado tuvo muchos incidentes por molestar a su compañera, creo que no esta de más que le recuerde que el director la puso sobre advertencia para dejarla inscribirse nuevamente. Y los demás guarden silencio, son cincuenta alumnos y solo unos cuantos entienden que no tienen porque reir de todos los malos chistes de su compañera.
—Solo digo la verdad profesor no me pueden reportar por decir la verdad, osea es rara, loca, suicida, osea no le vaya a pegar lo loco y suicida a Mario. —dije y de nuevo empezaron a reir.
—Con todo respeto amiga, tu comentario esta fuera de lugar he, yo me puedo quedar aquí de lo mas tranquilo y estudiar con Madison digo tu tendras algún problema con élla pero yo no, así que no opines por mi. —y todos salieron con su respectivo uhhhhh.
—Solo te estaba haciendo un favor. —dije un tanto molesta pues me estaba ridiculizando.
—No necesito favores de acuerdo y menos tuyos.
—Me acerque un poco a Mario disimulando y le susurre—. Guarda silencio o tendrás problemas.
—A ver tranquilos, Carolina tu compañero tiene razón, él no tiene problemas con tú compañera entonces no entiendo porque tendría que cambiarlo. Ya, pongan todos atención a la clase por favor.

Pasaron las primeras dos horas y fuí la primera en salir del salón, así que fuí directo a la cafetería a comprar un jugo, pues no tenia hambre.

Pasaron las primeras dos clases y el profesor dejo salir primero a Madison porque fue la primera en entragar el trabajo correctamente, en cuanto sono el, timbre todos empezaron a salir y los chicos se acercaron a mí.

—Mario Bautista, siendo, Mario Bautista —dijo Juanpa.
—¿Que quieres decir con eso?
—Llegaste tarde a clases y te pusiste al tiro con la chica popular y creída de la prepa —dijo Rk.
—No me puse al tiro wey, simplemente yo no tengo problemas con Madison, además para mí es una chica super linda y muy divertida.
—Ehhhh —dijieron todos.
—Como, si en clases ni hablaron. —argumento Ruiz.
—Estoy de acuerdo —dijo Mau.
—Bueno, ella es la chica con la que me fuí de la fiesta, a mi casa a ver películas.
—¡Enserio! —preguntaron todos.
—Si, hay ni que fuera cosa de otro mundo chicos, no se porque se sorprende.
—Mmm, o si bebé, al parecer mi mejor amiga te mostro la segunda versión de ella y no la primera. —dije con una amplia sonrisa.
—Si estoy de acuerdo con Maria Laura —dijo Sebas mientras saliamos de el salón.
—A ver, ¿de que están hablando?.
—Madison es esa chica, fria, aislada, y de "alma negra" de la prepa y digo alma negra entre comillas ya que se la pasa desfendiendo a media preparatoria. —dijo Nath y yo me le quede viendo raro.
—Si. Mario solo yo conozco bien a Madison y hasta conmigo es fria estando en la prepa, porque fuera de aquí es un amor conmigo —dijo María Laura.
—Y todos nosotros, seguimos en el intento fallido de que ella nos acepte como amigos. —dijo Paisa.
—Y creo que te costo nada conseguir que Madison confiará en ti —dijo Lele.
—Si parce, estoy de acuerdo con Lele —dijo Ruiz.
—Bueno es que yo soy un amor y ustedes no.
—Hay aja —dijo Nath.
—¿Que? si, si es sierto.
—Bueno, bueno, Mario tu ego esta muy arriba deja lo bajo un poco. —dijo Saak.
—Así, ¿y como le vas a hacer?. —dije burlándome.
—Bueno, escucha con mucha atención esto. —dije y todos empezaron a reirse, creo que estaban sospechando lo que le diría.
—A ver, te escucho.
—Madison no te va hablar, al menos que sea algo sobre la escuela a y ella siempre se sienta sola en la cafetería, ni siquiera deja que Maria Laura este con ella, es rara la ves que comparte mesa con alguien. —y Mario hizo un gesto como si no me creyera.
—Eso es muy cierto —dijieron todos.
—Estan jugando, verdad.
—No.
—Mira la observas ahorita que entremos a la cafetería, voy a buscarla con la mirada y, ella me va hacer una seña si podemos o no sentarnos con ella. —dijo Maria Laura.
—Están locos.
—Observa ahorita que entremos a la cafetería.
—Okay.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora