CAPITULO 76

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—Jan, Felicia.
—Sarita cómo está Mario.
—Chicos su hermano está bien, la doctora le está dando unas indicaciones pero todavía lo dejará un rato aquí.
—Podemos pasar.
—Claro que sí Jan.
—Puedo pasar yo también.
—Claro Carolina, pero ahorita que salgan Felicia y Jan,  digo para que no estén tan amontonados.
—Si.

—¿Mario como estás?
—Bien chicos. No deberían estar en clase.
—La primera hora la tenemos libre.
—Oh.
—¿Te pusiste así por lo que te dijo Madison? —preguntó Felicia.
—Si.
—¿Por qué no haces lo que te dijo Paisa? . —preguntó Jan.
—Porque me da miedo ponerla en riesgo, lo mejor será olvidarme de élla y no importa si élla me odia, se que en algún momento se olvidara de mi y volverá a ser feliz. —dije y una lagrima recorrió mi mejilla.
—Mario no llores no me gusta verte así. —dije y limpie sus lágrimas.
—Lo siento Feli. Chicos por favor no le digan nada de esto a nuestros padres.
—No piensas ir a trabajar después de esto.
—Feli...
—Mira Mario, papá va a venir hoy por nosotros, le digo que te sientes un poco mal y listo.
—Pero Felicia...
—Por favor.
—De acuerdo.
—Bueno, nosotros nos vamos, luego se nos hace tarde para la siguiente clase —dijo Jan.
—Además de que la víbora ponsoñosa, digo tu novia esta allá afuera.
—¿Feli en qué quedamos?
—En qué por más que se porte bien con todos me caí muy mal, mira solo como los está haciendo sufrir a ti y a Madi.
—Pero en el fondo es buena persona solo le hace falta atención.
—Si hermanito pero su felicidad es acostá de la tuya. Al paso que vamos tu vas a terminar mal.
—Bueno, ya hablaremos de eso después, ahora vayan a su salón no quiero que pierdan clases.
—Ok. Ha y la chaparra ya le dijo sus cosas a Carolina digo por si entra dándote la queja.
—¿Feli que le dijiste?
—Sus cosas. Y le dejé muy en claro que me cae mal y que a la única que aceptaré como tú novia es a Madison, a y también le dije que si te volvías a poner mal y ella no terminaba con su jueguito me las iba a pagar.
—¡Felicia!...
—No acepto tus regaños al menos que le cuentes la verdad a Madison, Mario Madí te necesita no la puedes dejar sola ahora, solo cuéntale todo para que élla entienda que la estás protegiendo, créeme que te entenderá y te hará caso en lo que le pidas, porque pone muchas cosas en riesgo si no lo hace.
—¿Que cosas pone en riesgo?
—Solo hazme caso.
—¿Ustedes saben que es eso tan importante que no podía decirme por teléfono verdad?
—No, ¿de qué hablas? —pregunto Jan.
—No solo olvidenlo y ya vayance a su salón.
—Ok. Feli vamos.
—Mario por favor habla con Madison no la puedes dejar sola te necesita más que nunca.
—¡Felicia vámonos al salón por favor! —tenia que sacarla de ahí antes de que terminara confesandole todo a Mario.

—En cuanto salieron Felicia y Jan, entre en realidad si estaba preocupada por Mario—. ¿Amor estás bien?
—Tranquila Carolina estoy bien.
—¡Como que bien Mario! ¿Enserio lo crees? . Se te fue el aire y te desmayaste eso no es normal.
—Los dejamos para que platiquen tranquilos —dijo la doctora y tanto ella como la enfermera salieron.

—¡No inventes Feli!
—¿Qué?
—Antes no le dijiste a Mario que Madí está embarazada.
—Ganas no me faltaron, pero eso no me corresponde.
—Pues a ver si Mario no comienza a sospechar y más con eso de que el también trae los síntomas.
—Eso es bien raro ¿no?
—Es gracioso. Pero enserio tienes que controlarte Felicia.
—Esque que le cuesta a Mario contarle todo a Madí, no sé a ti pero a mí sí me dolió ver a Madí así. Osea no la viste estaba luchando por no llorar.
—Ya lo sé.
—Y eso le puede hacer demasiado daño.
—Lo se Feli, pero bueno nosotros no podemos hacer nada.
—Oh claro que podemos baby. —dije de manera maliciosa.
—¿Qué te traes entre manos?.
—Algo.

—Carolina puedes preguntarle a la doctora.
—Pero...
—Mira simplemente hoy no es mi día ok.
—Dijiste que siempre me hablarías con la verdad y todo claro.
—Carolina enserio te gusta que te lastimen.
—No, pero prefiero que me hables claro, los chicos solo me dieron el avión no me explicaron bien nada y da la casualidad que te pusiste mal después de hablar con Madison. Que por sierto tu hermanita me amenazo, y me hecho la culpa de todo.
—Ok, bien te lo diré. Hablé un par de veces con Madison durante la semana, me disculpé miles de veces por no ir a su casa a verla, le dije que tenía demasiado trabajo, prácticamente intente evadir la realidad. Y escuchar a Madison decir que me odia y que me voy a arrepentir de haber jugado con ellá, me dolió ok, me dolió mucho, porque nunca en la vida me había enamorado de alguien como me enamoré de élla y jamás voy a amar de la misma manera.
—Entiendo —dije aguantando las ganas de llorar, pero yo me lo busque Jan y Felicia ya me habían dicho eso.
—Y discúlpame pero...
—Yo pregunté, yo me lo busqué. Ok.
—Ok. Y sobre Feli, ella es así de explosiva y me conoce perfecto por más que se lo niegue ella insiste en que tú me tienes amenazado. Y tu también vas a tener que aguantarte porque Feli te va a hacer la vida pesada, la conozco.
—Y Jan también supongo.
—Talves un poco. Aunque al que le va hacer la vida más pesada es a mi. Porque Jan nunca me tolero que jugará con los sentimientos de una mujer.
—Tienes otro hermano mayor que tú ¿no?
—Si, Luis Daniel, y me va a querer matar cuando se enteré.

Paso un rato y la doctora me volvió a dar indicaciones y me recetó un par de medicamentos. Carolina no se despegó para nada de mi y yo no quería entrar al salón con élla de la mano, no quería que Madison me viera con élla pero no pude hacer nada.

—Mario es enserio mejor te llevo a tu casa.
—Carolina ya estoy bien, tu misma oíste a la doctora, puedo seguir con mis clases.
—Pero...
—Oye, si me siento mal me retiro ok.
—De acuerdo. —Note a Mario muy inquieto, entramos al salón y miraba para todos lados y luego bajó la mirada—. ¿Enserio te sientes bien?
—He.
—Mario a mi se me hace que mejor te llevo a tu casa, o que te lleve algunos de los chicos si no quieres que te lleve yo, o le hablamos a tus padres.
—Estoy bien ok. —dije tomando asiento.
—Pues no parece.
—Carolina, solo siéntate y calmate o ve a hablar con tus amigas.
—Pero...
—¿Sabes que? Voy por un jugo a la cafetería.
—OK.

Por más que quiera no puedo ser con Carolina el patán que era tiempo atrás, hay algo que no me deja ser así con élla, pues de una u otra forma directa o indirectamente termino pidiendole una disculpa. Creo que con esto estoy pagando lo mucho que hice sufrir ha Andy la chica con la que anduve antes de andar con Mikaela. En fin creo que yo también me lo busque.
Creo que lastime demasiado con mis palabras a Carolina, pues se veía un poco triste, talves debí omitir lo que le dije en la enfermería, pero igual y eso ayude a que élla se canse de seguir con eso.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora